Repensar el Agro: de lotes homogéneos a agricultura por ambientes y modelos integrados con la sociedad

Pablo López Anido asesor, socio Aapresid y productor de Bandera, Santiago del Estero, participó de un panel titulado “De la teoría a la práctica: diversificando las rotaciones en el Norte”.

Pablo López Anido asesor, socio Aapresid y productor de Bandera, Santiago del Estero, participó de un panel titulado “De la teoría a la práctica: diversificando las rotaciones en el Norte”. Aprovechamos su participación para un ping pong de preguntas y respuestas en los pasillos del Congreso, donde habló de la necesidad de dar el salto hacia una agricultura por ambientes, paisajes multifuncionales y modelos integrados con la sociedad.

En muchas de las charlas del congreso parecen estarse pintando paisajes nuevos para el Agro. Se plantea el paso de lotes extensos y homogéneos con cultivos y actividades que “se suceden” a zonas con cultivos intercalados, agricultura por ambientes, paisajes multifuncionales, modelos integrados.. ¿Cómo te imaginas ese paisaje y dónde creés que estarán los principales desafíos a la hora de manejarlos?

Por empezar, me parece interesante que se empiece a hablar de paisaje, y no de lote o de explotaciones productivas. Dentro del concepto el paisaje, se debe incluir a la sociedad, indudablemente. No podemos ser sustentables, si ésto no va acompañado de un desarrollo armónico con la comunidad que integra ese paisaje.

Para eso es muy importante que la riqueza que se genera en la explotación quede en la zona para poder justamente mejorar el paisaje íntegramente con la infraestructura. Deberíamos apuntar a sistemas que generen más valor local, como producciones a largo plazo (por ejemplo forestaciones o frutales), para que quede más valor en el paisaje. Uno se imagina el futuro así, pero, hoy por hoy, la realidad es que todavía cuesta poder hacerlo posible.

Vos trabajas en ambientes del NEA, donde a priori este tipo de planteos, sobre todo los que incluyen intensificación, se presumen difíciles de lograr: ¿cuánto de real hay en esto y cuales son las variables clave a conocer para no fallar en el intento?

Es cierto que hay un gran factor limitante, que es la falta de agua para sembrar los cultivos, principalmente en invierno. En la zona de Bandera se da la particularidad de que muchos campos tienen presencia de napa. Sin embargo, ese océano de agua a dos metros bajo tierra, no siempre es funcional porque puede presentar altos contenidos de sales, por ejemplo.

Lo que sí se puede hacer para hacer frente a estas limitantes es diversificar la mayor cantidad de ambientes. Esto nos permitió apostar al trigo en un año como este – en que casi no se pudo hacer , apostar al cereal, metiendolo  en lotes que venían de girasol o maíz tempranos. O sea que, si bien es difícil intensificar, el hecho de tener variabilidad e incluso rotar con poroto mung o soja de ciclos más cortos, da una ventana más amplia para poder tener más ambientes y hacer cultivos invernales. También está el tema de cómo salimos de algodón, y la posibilidad de volarlo con cultivos de servicios para intensificar y diversificar aún más.

¿Cómo te las ingenias para ejecutar estos planteos, que requieren de una planificación y manejos bien ajustados, en una región donde la logística, disponibilidad de maquinarias y ciertos insumos son complejos?

En el caso de Bandera, el hecho de ser muy diversos y de sembrar en distintos momentos nos permite mejorar la eficiencia de uso de los equipos propios y del personal. Si yo siembro, girasol, trigo, maíz temprano, soja, maíz de 2º y poroto mung, mi cosechadora va a tener muchísimos días efectivos de trabajo, y se vuelve mucho más rentable tener la máquina propia. El uso de los recursos se hace más eficiente mientras más diversos somos.

Cada vez hay más conciencia de que el impacto ambiental y social que genera un mal manejo tiene efectos concretos en la empresa: ¿pensás es hora de cambiar la ecuación que usamos para medir la rentabilidad?¿Cómo?

Considero que la ganancia de la empresa es todo lo que esta tradicionalmente percibe, más todo lo que gana el personal asociado y que vive de la empresa. Vemos a los equipos humanos y de trabajo como un capital que genera ganancias para la empresa

Sucede lo mismo con otras cuestiones que podemos hacer los productores como un tipo de producción alternativa que tenga un impacto grande en la sociedad, y que no se puede medir linealmente como otros parámetros productivos.

En línea con ese repensar la rentabilidad: ¿qué tanta vida le quedan a las empresas “individualistas” que piensan hacia adentro de la tranquera como productores de materias primas, y dónde crees que están los principales desafíos para transicionar hacia planteos integrados y con agregado de valor?

Hoy en día las empresas que siguen apostando a un crecimiento horizontal y haciendo un manejo más estandarizado no tienen demasiados problemas y ven conveniente seguir alquilando campo y hacer los cultivos económicamente más rentables. Sin embargo, la mente del productor no es solo un Excel.

Los que apostamos al cambio pensamos a futuro, porque somos conscientes de los problemas que están y los que se vienen, que no se van a resolver, con los paradigmas actuales. Entonces, buscamos la solución y plasmamos en el campo cómo nos gustaría que fuera la producción dentro de 40 años.

Es como cuando se cultivaba rompiendo el suelo. Uno no puede trabajar destruyendo la sociedad y el ambiente. En algún momento, las presiones ambientales y sociales van a ser muchísimo más fuertes de las que son hoy. Tenemos que cambiar hoy, porque si se piensa en volver a sistemas como forestación, eso lleva un tiempo enorme desarrollo. Por ello, hay que empezar a hacerlo mucho antes de que sea negocio, porque cuando eso suceda, ya no vamos a tener tiempo.

Fuente: Aapresid

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