¿Que se puede hacer con los maices especiales?

El Médico Veterinario Fernando Rivara, representante de la Cámara de Molienda Seca de Maíz, puso el enfoque en el maíz flint o colorado, que ofrece un plus de calidad para el desafío exportador de la molienda seca. Cabe destacar que hoy, en el país hay unos 70 molinos que procesan 40 mil toneladas anuales de este grano.

“El flint representa la mejor opción cuando necesitamos proveer a las fábricas de corn flakes, pastas y cervezas, que son los consumidores de nuestros productos elaborados, especialmente harinas, sémolas y trozos gruesos. El endoesperma vítreo de estos maíces nos permite alcanzar los patrones de calidad que exigen los elaboradores de alimentos para consumo humano”, apuntó. “Argentina es el único país proveedor de este tipo de maíz, debido a las características agroclimáticas de su suelo y clima”, indicó Rivara, y resaltó que,  casi en su totalidad, esta variedad es libre de modificaciones genéticas.

En lo que a mercados se refiere, Rivara contó que “el sector exportador argentino abastece a varios molinos del exterior, principalmente los europeos, con un volumen que oscila entre las 40 mil y las 270 mil toneladas anuales”.

Rivara lamentó que los rindes de estos maíces se ubiquen entre un 15 y un 30 por ciento por debajo de las variedades transgénicas, eso hace que “las bonificaciones otorgadas a estos granos, que oscilan entre los 25 y los 40 dólares, sólo alcancen para compensar aquellas diferencias en kilos”. Por otra parte indicó que en la medida que aumenta la industrialización del maíz Flint, aumenta el monto nominal de retenciones que cobra el Estado Nacional, desestimulando de esta forma el agregado de valor en origen. Como ejemplo citó que una tonelada de maíz Flint en grano paga un derecho de exportación de U$S 35 dólares por Tm, pero si se exportara harina de maíz envasada en paquetes de medio kilogramo, dicha retención sería de U$S 115 concluyó.

 

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