No debería sorprender a nadie la caída fenomenal de las exportaciones argentinas durante 2023. La fuerte sequía que afectó a las áreas productivas de nuestro país durante la campaña pasada tuvo como consecuencia una caída fenomenal en los rindes y en la producción argentina. Durante 2023 se cosecharon solo 21 millones de toneladas de soja y 34 millones de toneladas de maíz, repercutiendo considerablemente en nuestras exportaciones y en consecuencia en la balanza comercial y en las reservas del Banco Central. Terminamos el año con un 25% menos de exportaciones, déficits comerciales y financieros, reservas netas negativas por -12 mil millones de dólares en el Central y al borde de una hiperinflación. El nuevo gobierno asumió en una situación tan delicada como nunca había ocurrido y está batallando, con sus aciertos y sus errores, para poder arreglarla. Sin embargo, parece que tendrán una gran ayuda por parte de “las fuerzas del cielo”.
Las continuas y abundantes precipitaciones que azotaron a la Argentina entre los meses del pasado octubre y el corriente enero permitieron que se revierta la situación de la campaña anterior, pudiendo sembrar así la soja y el maíz en condiciones óptimas, no evidenciadas hace varios meses. Que éstas condiciones continúen, depende de que los pronósticos del próximo frente no yerren y volvamos a tener precipitaciones dentro de 7 días.
Por el lado de la oleaginosa, para la tercera y cuarta semana de enero la siembra se encontraba prácticamente finalizada, mostrando condiciones de cultivos en un 92% de buena a excelente, condiciones hídricas óptimas en un 90% y evidenciando una proyección de producción de 52,5 millones de toneladas (según Bolsa de Cereales de Buenos AIRES). Para ponernos en perspectiva, durante la campaña pasada estos indicadores eran un 50% peor, con casi el 60% del área sembrada en mal estado. Además, se prevé que el complejo sojero aporte 21 mil millones de dólares de exportación durante el 2024, un 61% más que el año anterior y contribuya a la recaudación nacional en 8.301 millones de dólares.
En el caso del maíz, la situación también es esperanzadora. Con casi 7 millones de hectáreas sembradas y rindes estimados de más de 105 quintales en zona núcleo, se estima una cosecha de 56,5 millones de toneladas siendo ésta un 65% mayor a lo cosechado durante la campaña anterior. El complejo maicero aportará unos 8300 millones de dólares de exportación, totalizando entre ambos complejos una suma de 30 mil millones de dólares para el 2024. Lo repito para que dimensionemos el potencial y la productividad del campo argentino: Solo mediante la exportación de soja, maíz y sus subproductos, la argentina recibe 30 mil millones de dólares.
Estimaciones de producto, exportaciones y recaudación por complejo. En millones de dólares
Los demás granos que acompañan la cosecha gruesa también están dando buenas esperanzas y se espera alcanzar una producción total de 136,4 millones de toneladas durante esta campaña.
La situación descripta anteriormente sería perfecta de no ser por los precios internacionales de los granos, que durante los últimos meses ha ido cayendo, en parte por altos stocks/consumo a nivel mundial y en parte por el repunte productivo en Brasil. Para darnos una idea, la soja que supo valer 600 dólares en el 2008, ajustada por inflación americana hoy rondaría los 850 dólares, valores muy por encima del 420 USD FOB actual para mayo del 2024 y los 270 dólares por tonelada que le llegan al productor vendiendo forward o futuro de mayo.
Aun así, con precios bajos y un escenario no muy claro acerca de hacia donde pueden llegar a ir, el volumen de granos que producirá la Argentina será de gran ayuda para el presidente Milei quién ha dicho, varias veces, que la victoria proviene de las fuerzas del cielo. Si mediante fuerzas del cielo se refiere a las lluvias, esperemos que lo sigan acompañando porque las va a necesitar.
Por Juan Manuel Redolfi, economista de Fundación Libertad. 25/01/2024