Con la decisión de hacer más eficiente el proceso de cosecha y poscosecha de las uvas, técnicos del INTA San Juan y del Instituto de Mecánica Aplicada (IMA) de la Facultad de Ingeniería, de la Universidad Nacional de San Juan, presentaron una nueva tecnología que recolecta y limpia la vendimia, cultivada en parrales. Se trata de la Cuyana Cosechadora, el primer prototipo desarrollado en la Argentina que permite la cosecha mecánica en parrales lo que reduce costos y tiempo de recolección.
Maximiliano Battistella, especialista en viticultura del INTA San Juan, destacó la importancia de contar con la primera herramienta, que les permita a los productores de uvas en parral, ser más eficientes durante la recolección. “Con la mecanización de la vendimia es posible ajustar y planificar los tiempos y horarios de la cosecha durante 24 horas”, señaló.
A escala mundial, el desarrollo de la mecanización en la viticultura se realizó en base al sistema de conducción en espalderos. “Pensamos en alternativas para la recolección de la vendimia que se desarrolla en parrales debido a que en la Argentina, este tipo de conducción, ocupa más del 45 % de la superficie”, expresó Battistella quien aseguró: “pensamos en una maquinaria adaptada a las necesidades del productor”.
En general, las vendimiadoras funcionan con el principio de vibración lo que hace que se desprendan racimos, bayas e incluso hojas. “Este implemento para mecanizar la cosecha en parral es algo inédito. Sólo se produce un modelo parecido en Italia, pero no se adecúa a las características que se requieren en la Argentina”, analizó Battistella.
“Cuyana Cosechadora cuenta con un sistema de sacudido versátil que permite cosechar uvas para mosto y vino en viñedos conducidos con el sistema H y uvas pasificadas en planta”, indicó el técnico del INTA quien explicó: “El cabezal de cosecha está compuesto por martillos que golpean el cordón de pitones desde abajo, esto hace que se desprendan las bayas para mosto”.
En el caso de las uvas para pasas secadas en la planta, “unas ruedas de bastones que vibran, sacuden el tejido de alambres donde se encuentran atados los sarmientos (guías) que contienen los brotes y racimos que se deshidratan”, dijo Battistella.
Así, la vendimia cae en una tolva y una cinta transportadora las traslada. Allí, se separan las impurezas, se limpia el mosto y luego se deposita en un contenedor.
Además de extender la cosecha a las 24 horas, la mecanización permite al productor, en conjunto con la industria, planificar la logística para la entrega de la vendimia en la bodega. “Desde el momento en que se corta la uva de la planta comienzan procesos de oxidación y de fermentaciones indeseadas, que es muy difícil de controlar con la actual organización de la vendimia”, indicó Battistella quien aseguró que “la planificación de la logística y la recolección nocturna reducen este proceso y permiten obtener un mosto de calidad superior”.
Para Osvaldo Penisi, especialista del Instituto de Mecánica Aplicada de la Universidad Nacional de San Juan quien participó en el diseño y armado de la máquina, “lo ideal es cosechar en el menor tiempo posible”.
Con una velocidad de funcionamiento de hasta un kilómetro y medio por hora, Cuyana Cosechadora “permite cosechar cuatro hectáreas en ocho horas, con una eficiencia de recolección superior al 90 %”, dijo Penisi y agregó: “Este desarrollo nos va a permitir contar con un mosto de calidad debido a que es posible cosechar en condiciones óptimas y en menos tiempo”.
Como no es autopropulsada, la máquina se conecta a un acople hidráulico que tiene el tractor en la parte posterior. “La idea es que se pueda adaptar a cualquier tractor”, expresó Penisi.
Luego de tres años de ensayos y pruebas a campo, Cuyana Cosechadora será probada en lotes comerciales en la próxima campaña. “Analizaremos el desempeño, haremos los últimos ajustes que sean necesarios y luego estaría disponible para los productores”, señaló Penisi.
Tecnología integral
El sistema de conducción en parral es el más difundido en la Argentina y, por lo tanto, el que mayor superficie ocupa. Aunque al ser una estructura más rígida, por la distribución de los palos y alambres, la mecanización no fue desarrollada.
“El sistema de conducción es la forma que toma la planta en esa estructura de sostén”, explicó Battistella quien aclaró: “Sabíamos que para mecanizar el parral teníamos que ordenar los brotes y racimos a lo largo de las hileras. Así, comenzamos a probar un sistema de conducción innovador que se llama en H”.
A diferencia del parral tradicional, en el que la distribución de los racimos no es simétrica, en el sistema en H se hace un cordón donde se distribuyen brotes y racimos a un costado de la hilera del viñedo y a una distancia de no más de 80 centímetros.
De acuerdo con Battistella, este método de conducción tiene dos objetivos. “Por un lado, hay un ahorro de la mano de obra en la poda debido a que no es necesario atar las guías; mientras que por el otro, mejora la eficiencia de la planta, lo que significa que puede rendir más o puede mejorar la calidad de la uva”.
Uno de los componentes de rendimiento del viñedo es el número de yemas por planta. En un sistema cuyano tradicional, con más de 80 yemas por planta, el follaje es muy denso y aparecen los problemas de sombra debido a que los racimos reciben menor cantidad de luz.
“Con el sistema en H logramos un aumento del 20 % en la cantidad de yemas y homogeneizamos las condiciones micro climáticas, esto significa que no hay racimos sobreexpuestos ni sombreados, todos reciben la misma cantidad de sol”, resaltó el técnico del INTA quien aseguró: “Con los racimos ordenados, no sólo es posible mecanizar la cosecha sino que además facilita la recolección manual”. (Fuente: INTA)