Su argumentación se basa en que los mercados emergentes precisan cada vez más de una mejor alimentación y la leche es clave por su elevado valor nutricional. Además, muchos países de África y Asia están aumentando el consumo. Señaló que en el largo plazo, son pocos los que conseguirán aumentar la producción. Por ejemplo, la India, uno de los mayores mercados de leche y que es muy cerrado, en el mediano plazo tendrá que abrir un espacio para las importaciones porque hay sin dudas allí una demanda potencial.
Según publicó Infortambo, el analista señaló que China, que venía importando a volúmenes muy elevados redujo en forma importante las compras por la recuperación de la producción doméstica. Entonces, comenzó a importar menos. Por su parte Rusia mantiene la prohibición de importar productos desde la Unión Europea (UE) y esto ha significado la colocación de 3 billones más de litros de leche por parte de la UE en el mercado mundial. Entonces, mucha oferta, cuando la demanda que venía a un ritmo elevado perdió fuerza. En ese contexto era de esperar que los precios bajaran, aunque no de manera tan acentuada.
También puntualizó que la leche en tanto commodity está sujeta a ciclos: en la medida que la demanda se recupere un poco en China y Rusia, y que la producción caiga en respuesta a los bajos valores, el mercado tenderá a encontrar un nuevo equilibro con precios mayores. Si bien se está en la parte baja del ciclo, espera que al menos la demanda de China esté más estable para el segundo semestre de este año. A pesar de este escenario desfavorable, el analista comentó que la tendencia es a la recuperación del mercado a partir del segundo semestre de 2016, reprodujo Infortambo.