¿Por qué la agricultura argentina no crece al ritmo de la brasilera?

Una síntesis del desempeño en las últimas cuatro décadas de la soja, el maíz y el trigo en Argentina y Brasil. Dos factores esenciales que explican por qué Brasil creció más que Argentina.

La agroindustria es esencial para el comercio exterior de Argentina y Brasil, pero de mayor preponderancia relativa en nuestro país. En este sentido, entre los complejos Soja, Maíz y Trigo se explica 21% de las exportaciones brasileras y 44% de las exportaciones argentinas.

Comparando el promedio de la década del 1990 con la cosecha 2021/22, encontramos un volumen productivo de soja, maíz y trigo que creció 220% en Argentina. Sin embargo, el Brasil mostró en el mismo período un alza productiva cercana al 340%.

Hay dos factores clave que explican esta divergencia en lo que va del siglo. Un factor microeconómico, que es la existencia de derechos de exportación y un factor macroeconómico que es la brecha cambiaria. Ambos factores reducen el ingreso disponible de las cadenas agroindustriales, lo que limita las posibilidades de inversión y crecimiento del sector productivo. Como bien destaca el Banco Mundial, considerando que en 2023 el tipo de cambio oficial fue, en promedio, un 50% más bajo que el del mercado libre, a lo que se suma el 33% de derechos de exportación, los productores de soja en Argentina recibieron apenas el 35% de los precios FOB en dólares estadounidenses al tipo de cambio del mercado. 

De acuerdo con datos del BID, si consideramos el período 2002-2021, el Estado en Argentina detrajo casi US$ 200.000 millones del campo y la agroindustria. Mientras tanto, el sector agrícola brasilero acumuló un apoyo positivo cercano a los US$ 190.000 millones.

En Brasil el apoyo positivo al campo se encuentra principalmente fundamentado en planes de fomento como el Plano Safra, que amplifican sustancialmente la capacidad de crédito e inversión de la agroindustria. En este marco, programas tales como el Moderfrota colaboraron con que el número de tractores aumente casi un 50% entre los censos agropecuarios del 2006 y 2017 del Brasil.

No conforme con ello, existen otros factores que también colaboran a explicar el divergente desempeño entre la agricultura argentina y la brasilera. Entre ellos, se destacan la estabilidad macroeconómica, encadenamientos productivos y libertad para la exportación sin restricciones. 

A pesar de esta dinámica, la Argentina tiene ventajas y espacio para recuperar el terreno perdido. Con un incremento del área sembrada – respectando la ley de bosques – y con una disminución de las brechas tecnológicas, la producción argentina podría recuperar el terreno perdido y ganar más peso relativo respecto a las cosechas brasileras.

Fuente: BCR

Comentarios