Según el estudio Beer’s Global Economic, realizado por Oxford Economics en conjunto con Worldwide Brewing Alliance y que analizó el impacto de la industria cervecera en 70 países entre 2015 y 2019, la agroindustria cervecera está inserta en una cadena de valor que, en 2019, alcanzó los 555 mil millones de dólares. De acuerdo con el relevamiento, durante el 2019, las compañías cerveceras invirtieron en sus proveedores, a nivel mundial, un total de 118 mil millones de dólares.
En Argentina, la Cámara de Cerveceros indicó que el sector emplea a más de 130 mil personas de forma directa e indirecta desde la semilla hasta la producción de la botella. Los socios de la institución (Cervecería y Maltería Quilmes, CCU Argentina, Boormalt Argentina, Maltería Pampa, Cerfoly Argentina) están presentes en 11 provincias a través de 16 cervecerías y malterías, 15 centros de distribución, 250 distribuidores, cuya siembra es de 1,5 millones de hectáreas de cebada y la cosecha, de 300 toneladas de lúpulo.
Durante 2021, la producción local de cebada fue de 4.900 toneladas, siendo, según afirman, el séptimo complejo agroexportador de la Argentina con tuvo un crecimiento del 19% respecto al 2020; al tiempo que también el mismo año pasado se produjeron 875.000 toneladas de malta.
De acuerdo con la Cámara, Argentina logró fortalecer su participación en la cadena de valor regional posicionándose como el principal proveedor de cebada y malta de América del Sur y, en 2021, alcanzó un total de exportaciones de 938 millones de dólares.
En tanto, durante 2020 y 2021, los socios de la Cámara señalaron que han invertido más de 17.950 millones de pesos con foco en producción local y destacaron que “el sector se consolida como el mayor inversor en la industria de consumo masivo en los últimos dos años, a pesar de haber sido una de los sectores más afectados por la pandemia y que, además, percibe una fuerte carga tributaria del orden del 52,4%, que deriva, en gran parte, de la tasa efectiva de impuestos internos y la alícuota de ingresos brutos”.