Pequeños productores de alfalfa se asocian para exportar

Dicen que siempre hay buenas expectativas para el cultivo, “pero necesitamos un manito de los organismos de comercio exterior”.

Este es el caso de Germán Sanko y Gustavo Aselborn, de Colonia Necochea, zona rural de Las Breñas, que comenzó a ampliar la superficie de la siembra de esta pastura y hoy ya cuentan con excedentes para la exportación.

«Sería una buena señal que nos habiliten para exportar, estamos dispuestos a garantizar continuidad en la producción porque para eso hemos hecho las inversiones», dijo el joven productor Germán Sanko.

“Nos hemos sentido útiles a nuestros comprovincianos, y hemos ocupado toda la producción para el mercado interno, pero ahora nos animamos a sembrar más y queremos exportar”, dice a NORTE RURAL Sanko.

Los productores dicen que «siempre hay buenas expectativas para la alfalfa, pero necesitamos un manito de los organismos de comercio exterior, del gobierno, que nos abra las puertas para poder exportar», sostiene el joven alfalfero.

200 toneladas por cada 100 hectáreas

Ahora, dispone de 300 hectáreas en las cuales han implantado el cultivo. De cada 100 hectáreas, se obtienen 200 toneladas de fardos de alfalfa.

“Y podemos comprar a la vuelta. Ya estuvimos pensando en eso y queremos incluir a la cooperativa también ”, comenta, y agrega que todo comenzó con esta idea de apostar en mayor cantidad de hectáreas“ cuando vimos que en Córdoba Alfasud comenzó a promover esta idea y rápidamente el gobierno de esa provincia le abrió las puertas con gestiones, porque es lo que queremos, y esa máquina que ellos usan ahora la tenemos aquí nosotros para el corte rápido y preciso ”, señala.

“Lo que sí es una gran ventaja, es que la alfalfa tiene ciclo corto, y en cuarenta días ya se está cortando y hay mucha demanda del mercado interno”, dice el joven productor.

A la par, suma otro dato interesante: «hay oportunidades todos los meses, cosa que un cultivo cualquiera no tiene la tiene, y si se pudiera complementar con otra actividad, como la ganadería, sobre todo un pie mucho, sería muy bueno».

Sanko pone de manifiesto algunos costos y también resultados que a la hora de evaluar la campaña se pueden tener en cuenta.

“No es que sea una joyita verte, no todo es rentabilidad, pero, cuando se hacen las cosas bien con asesoramiento técnico adecuado, es rentable a la hora de ver que la superficie de siembra un productor de alfalfa de cien tareas es un productor muy grande, y hoy un productor de soja de cien hectáreas supongo que sí le llego una campaña mala como la pasada ya habrá vendido un vehículo para cubrir la cuenta y si no, finaliza vendiendo el campo y la alfalfa tiene otros resultados”.

Dice que la siembra de alfalfa es caro, pero una vez hecho el proceso, es rentable y si cuidamos la producción, hay margen, y además se cuenta con un menú de opciones interesantes”, dice.

Poner en valor el cultivo

Los productores chaqueños de alfalfa intentan poner en valor al producto, y buscan la forma de obtener más rentabilidad, en una región en la que desde el inicio, el costo del flete entra jugando fuerte, pero que en el mercado interno tiene su impacto favorable, con buenas expectativas a partir de un mayor conocimiento y el uso de nuevas tecnologías.

“Debería tener algún incentivo para fomentar su siembra, ya que la alfalfa ocupa una cantidad importante de mano de obra, y es constante el movimiento. Es una actividad muy poco conocida”, dice Sanko.

“Esta es una zona que tiene beneficios en cuanto a la semilla porque el clima, con calores y niveles de agua y sería muy bueno darle un impulso porque se siembra en pequeñas parcelas”, agrega Gustavo Aselborn, otro alfalfero de Las Breñas.

En la zona de Mesón de Fierro, Giancarlo Langelotti también se dedica a la siembra de este cultivo, y cuenta algunas ventajas del mismo, sobre todo en lo que hace a las posibilidades de desarrollo.

En cuanto a la siembra, “Depende del momento en el que uno define que lote va a alfalfa, por los trabajos de labranza o barbechos. El costo nacional seguramente está hecho con una semilla más cara que normalmente no funciona por el calor y la falta de agua (en años normales) y usamos semilla de cosechas locales y hace más barato ”, dicen Aselborn y Sanko.

Fuente: Diario Norte

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