Compartimos las recomendaciones de referentes y técnicos de Stoller Argentina & Uruguay, especialistas en nutrición vegetal.
Mientras la siembra de soja comienza a dar sus primeros pasos, la de maíz ya tiene un importante grado de avance: según datos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, uno de cada cuatro lotes de la campaña 2021/22 ya ha sido implantado.
Es momento entonces de diagramar una adecuada estrategia de fertilización, para ir cubriendo las necesidades nutricionales de los cultivos en cada estadio de desarrollo.
Según el Ing. Agr. Luis Ventimiglia, experto del INTA 9 de Julio, las fertilizaciones típicas de base, de nitrógeno en maíz, y de fósforo y azufre en soja; en muchas oportunidades no son suficientes para alcanzar los resultados que se esperan en la cosecha.
“Si aspiramos a altos rendimientos, muchas veces no alcanza y es necesario colaborar con fertilizaciones que aportan distintos nutrientes, de acuerdo a cada circunstancia. Por ejemplo, hay productos que, por vía foliar, son biorreguladores hormonales produciendo un equilibrio y crecimiento en la planta muy importante. Intervienen en su metabolismo y hacen que sea más eficiente para absorber determinados nutrientes”, afirma Ventimiglia.
El profesional define a estas aplicaciones como “un shock multinutricional” que es ideal para aplicar en estadios vegetativos, como V4 o V5, y que se traducen en altas respuestas por partes de las plantas, que además quedan mejor preparadas para enfrentar el estadio reproductivo.
Recomendaciones: ¿Qué podemos hacer para mejorar la performance de los cultivos?
En este contexto, Stoller Argentina & Uruguay tiene una amplia gama de productos ideales para cumplir esta premisa de lograr altos rendimientos con buena calidad.
En el caso de la soja, la Ing. Agr. Daniela González, Asesora Técnica Comercial, sostiene que hay dos tipos de tratamientos que pueden ir por separado o de manera combinada.
El primero es netamente fisiológico y es a base del fitorregulador Stimulate, compuesto por tres hormonas que le proporcionan al cultivo un adecuado balance y buena arquitectura. “Se logran plantas más compactas y ramificadas, con más nudos que significan mayores puntos de inserción de vainas. Cabe destacar que todo lo que se aplica en V5 termina en la raíz, por lo que también se favorece el desarrollo radicular”, destaca González.
Con una dosis de 250 centímetros cúbicos por hectárea, es un producto capaz de aportar hasta un 8% de plus de rendimiento.
El otro tratamiento es nutricional, por medio de Mastermins Plus, un fertilizante que contiene nueve macro y micro nutrientes, entre los que se destacan nitrógeno, fósforo, potasio, manganeso, azufre y zinc, que nutren a la planta de manera equilibrada y aumenta la futura generación de flores y de frutos.
En este caso, la dosis es de tres litros por hectárea y el rinde extra que se puede obtener ronda el 6%.
Por último, para maíz el tratamiento sugerido es nutricional, por medio de Starter Plus, un corrector de zinc y manganeso que también aporta cobre y boro.
“Las deficiencias de estos nutrientes muchas veces se confunden y están asociadas. En los ensayos hemos podido demostrar que, adicionando ambos, se logra una respuesta mucho más contundente”, subraya la Ing. Agr. Daniela González.
Con una dosis de tres litros por hectárea, el plus productivo que se puede alcanzar también es del 6%.