Se lleva sembrado un 60% del trigo intencionado. Hay numerosas zonas con barro y excesos de agua que siguen dificultando los trabajos en el centro sur de Santa Fe y el este de Córdoba. Allí las altas condiciones de humedad limitan la capacidad de trabajo diaria a unas 4 o 5 horas.
Pero nadie afloja, hay un febril esfuerzo en sembrar la mayor cantidad posible de lotes con ciclos largos, cuando ya se está sobre el límite de tiempo. Incluso se avanza sobre lotes que no tienen condiciones de siembra y empieza a notarse graves problemas de implantación con emergencias muy desparejas.
Pero el apuro está en que nadie quiere quedarse sin sembrar lo que proyectó. Y en esta semana, muchos productores decidieron sembrar más hectáreas, aumentando la apuesta por el trigo. Pero el problema es la semilla. Hay que pasar a sembrar ciclos cortos y la semilla no alcanza para todos.
En los últimos días de la ventana de siembra de los ciclos largos, los pronósticos de lluvias le pondrían fin a la siembra de estas variedades. Sin embargo, los buenos precios del cereal, la necesidad de hacer rotaciones y financiarse, y la falta de disponibilidad de semillas de ciclos más cortos hará que muchas variedades ciclo largo se siembren igual, aunque queden implantados fuera de la fecha óptima.
El norte bonaerense lleva el mayor avance de las últimas campañas. Allí, se lleva sembrada casi la mitad de la superficie intencionada, mientras que en los últimos ciclos el avance era de tan solo un 15% en promedio. Desde el 20 de mayo no se producen lluvias importantes y esto ha permitido un gran progreso.
Fuente: GEA