El trigo fue uno de los protagonistas del recinto físico de operaciones de nuestro mercado de granos. Con la trilla ya encaminada en el norte del país, si bien el inicio formal de la campaña 2016/17 será la semana próxima, se palpa el interés de la compra por asegurarse la originación de mercadería.
En el segmento más picante, se ofrecieron abiertamente $ 2.350/ton por la descarga inmediata, aunque exigiendo un peso hectolítrico de 78 y un nivel proteico de 10,5%. Si bien ellos son valores de calidad alcanzables en nuestra zona núcleo, los altos rindes proyectados podrían atentar con el contenido de proteína. Por el trigo en condición Camara, en tanto, se pagaban abiertamente $ 2.150/tonelada.
En tanto, como señal del intenso ritmo de actividad, los camiones cargados con trigo que ingresaron a las plantas de Rosario y alrededores arrasaron esta semana con 7.145 unidades (contando los ingresos hasta las 6 de la mañana). Ello representa un incremento del 91% respecto a la semana precedente y, si nos retrotraemos a noviembre de un año atrás, el incremento alcanza el 251%. En efecto, contando sólo los primeros 25 días del mes, ya se trata del noviembre más movido en casi una década.
Del lado de las compras realizadas por industria y exportación, el acumulado de la campaña 2016/17 asciende a 1,2 millones de toneladas, muy por encima de los 733 mil de la peculiar campaña pasada, cuando el mercado se encontraba expectante frente a la definición del balotaje por las elecciones presidenciales. Si bien aún estamos lejos de los años mozos, considerando que entre el 2005 y el 2007 para esta altura del año ya se superaban las 5 millones toneladas, la tendencia del mercado del trigo es hacia una normalización del flujo de negocios.
Mientras tanto, la colecta prospera firme en el territorio argentino y las cosechadoras se aceleran ante pronósticos de lluvias intensas para el fin de semana. Además, se dieron a conocer las primeras cifras de rinde de lotes puntuales cosechados en la región núcleo dando muestra que si bien hay cuadros que superan los 50 qq/ha, hubo también fuertes pérdidas por el granizo dando resultados que no llegan a los 20 qq/ha.
El corazón triguero bonaerense, por su parte, padeció heladas tardías que, sumado a una insuficiencia hídrica, son condiciones que atentarían con su productividad. Aun con el cereal llenando granos, solo queda esperar los números en los monitores de las cosechadoras para confirmar el posible impacto. En tanto, las cifras a nivel nacional se mantienen en 12,5 – 13,4 millones de toneladas en base a lo estimados por las bolsas locales, volumen que posibilita volcar al mercado externo unas 8 millones de toneladas.
El maíz desacelera, en el último tirón de una campaña para la historia
Con precios congelados en torno a los $ 2.500/tonelada para el grano disponible, todo indica que llegó a un plateau. Si bien el ritmo de negocios está lejos de detenerse, no demuestra el dinamismo de algunas semanas atrás.
Hemos mencionado en anteriores ocasiones que la campaña 2015/16 está en camino de batir todos los récords históricos en Argentina por volumen exportado, con más de 21 millones de toneladas, según consta en las Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior que presentaron las firmas.
De este total, casi 18 millones de toneladas ya se han embarcado, mientras que el Ministerio de Agroindustria reporta que se han originado 18,4 millones de toneladas, casi un 90% del total de compromisos anotados con el extranjero.
Sin embargo, mirando los datos un poco más de cerca, en la campaña 2014/15 el sector exportador había comprado 17,35 millones de toneladas, cuando anotó para exportar 14,7 millones y embarcó, estimativamente, unos 13,5 millones. En otras palabras, le ha quedado un stock de mercadería comprada y no despachada de al menos dos millones y medio de toneladas, aproximadamente.
Así las cosas, si sumamos las compras que realizó en la campaña actual (18,5) y el stock con que contaban de campañas anteriores (2,5), ya nos encontramos muy cerca del total de ventas anotadas para el ciclo 2015/16 actual. Es de suponer, entonces, que de aquí en más el “apuro” por comprar maíz (al menos del sector exportador) sólo se produzca frente a necesidades puntuales de mercadería, el grueso de los negocios ya puede darse por cerrado.
Con la mirada ya puesta en el nuevo ciclo, podemos destacar que las siembras a nivel nacional del cereal de verano superan el 40%, con algunos retrasos por bajas temperaturas. El cultivo en sus etapas vegetativas progresa muy bien, aunque las temperaturas frescas retardan el crecimiento. La semana próxima, en tanto, se inaugura la ventana de siembras tardías y de segunda sobre rastrojos de trigo.
En el mercado internacional, en tanto, el aluvión de producción de maíz está en condiciones de alcanzar un récord absoluto de 1.042 millones de toneladas en 2016/17, en base a la información del Consejo Internacional de Cereales. Los altos suministros deprimen los precios por un lado, pero por otro, atraen a la demanda. Según la entidad, se prevé un sólido aumento del consumo animal además de un crecimiento sostenido en la población mundial. La industrialización del cereal para etanol y el almidón también proyectan un guarismo positivo. El uso total alcanzaría, en este marco, un nuevo pico de 1.026 millones de toneladas, marcando un incremento interanual del 5,8%.
En Chicago, pese a que los precios en esta época del año suelen sufrir una presión bajista estacional (el USDA informó el lunes que el progreso de la cosecha ya alcanza un 97% del área), a lo que se le suma este año la cosecha récord, los valores negociados no muestran el comportamiento tan pesimista como el que se temía, apoyados en la robusta demanda de exportación que, combinado con el alza en la producción de etanol y cuellos de botella en la logística, dan soporte a los precios. Sin embargo, no todos los datos que llegan al mercado resultan tan auspiciosos. Con la coyuntura bajista del precio del barril de petróleo y la revaluación del dólar en Estados Unidos, las potenciales ganancias parecen de momento contenidas y de momento deberá bastar el consuelo que la caída no haya sido más estrepitosa de lo que fue. En lo sucesivo… el mercado proveerá.
Fuente: Sofía Corina – Emilce Terré BCR