La Niña nos va abandonando, dando paso a una etapa de transición hasta el ciclo Niño previsto para fin de año. El gran interrogante es si las precipitaciones serán suficientes para recargar los perfiles para arrancar la siembra de los cultivos de invierno, levantar las expectativas de rendimiento o por lo menos asegurar un resultado decoroso.
Compartimos las estrategias que “melonean” productores Aapresid de cada rincón del país.
Sudoeste de Bs.As.: la fina pinta bien
El sudoeste de Bs. As. no ha sido afectada por sequías extremas. Hasta mediados de marzo, cayeron entre 200 y 300 mm, lo que corresponde a valores iguales o superiores al promedio.
Por este motivo, Roberto Kiessling (Regional Aapresid Bahía Blanca) explica que las condiciones para sembrar trigo y cebada son normales y se mantendrían las proporciones históricas entre cultivos de invierno y verano.
Según Roberto, en esta campaña la clave será la nutrición de los cultivos de perfiles que arrancan cargados, atendiendo a la rotación, el manejo de malezas difíciles y la relación insumo/producto.
En cuanto a las expectativas de rendimiento, apuntan a 2000-2500 kg/ha en suelos someros y regiones más secas, mientras que en planteos de alta tecnología, con riego aspiran a 6000-7000 kg/ha.
Oeste Medanoso: sale trigo, entra Girasol
Ing. Agr. Matías Gambarte (Regional Aapresid La Pampa) comenta que: “En algunas empresas, la idea es mantener el cultivo de trigo en la rotación, como lo tenemos planificado desde hace años, en una proporción del 15 al 25% de la superficie. Sin embargo, estamos analizando incorporar el girasol como alternativa donde la gramínea no se pueda sembrar”.
Aspirando a rendimientos de 4000 kg/ha, en ciclos largos sembrados a fines de mayo, principios de junio, la estrategia de fertilización tiene un rol importante. Matias remarcó que “En las últimas tres campañas incorporaron urea con una barra previo a la siembra, y luego con la sembradora aplican los productos fosforados. Esto nos permite independizarnos de las lluvias para su incorporación y nos da la tranquilidad que todo el nitrógeno que aplicamos está en el suelo.
Además, con esa doble pasada de máquina, mejoramos la calidad de siembra en un rastrojo tan complicado como lo es la soja”.
Con respecto a cultivos de servicios, realizan centeno en las lomas, y en los bajos cebada o tricepiro. La implantación está igual de condicionada por el agua como la siembra de fina.
Sudeste de Córdoba: la recarga del perfil será decisiva.
Héctor Miotti (Regional Aapresid Los Surgentes – Inriville) cuenta que “este año estamos saliendo de la campaña más seca dentro de los registros históricos de Marcos Juárez. Los milímetros que tengamos en el perfil hasta el mes de mayo serán claves. El valor que tomamos habitualmente para decidir la siembra de trigo ronda los 160 mm a los 2m de profundidad, y corresponde aproximadamente al 50 % de agua útil para nuestra zona”.
Si en los rastrojos de maíz temprano llegan a acumular más agua, la siembra de trigo debería alcanzar al menos el 33% del área.
Respecto a los cultivos de servicios, si la recarga otoñal es escasa, sólo se sembrará lo necesario para uso ganadero, implantando gramíneas para pastoreo directo y consociaciones con vicia para reservas.
Centro-norte de Santa Fe: la dupla “trigo-maíz de 2° es la estrella
Flavio Lovato (Regional Aapresid Videla) señaló que si se recargan los perfiles, la superficie sembrada de trigo será mayor. “En nuestra zona, es muy viable que el maíz de segunda (siembra de diciembre a enero) sobre trigo, reemplazando a los maíces de primera. Ese esquema es positivo financieramente, obvio, siempre que se tengan buenos rendimientos”.
Además remarcó que si bien el trigo va a recibir lotes muy enmalezados, también encontrará lotes muy bien nutridos, dado que el antecesor no hizo uso del fertilizante aplicado en aquellos sistemas con buen esquema de nutrición.
Sobre los cultivos de servicios, adelantó: “si bien el avance de cultivos de servicios con vicia como base, juegan en contra del área sembrada con cultivos de invierno, habría que promocionarlos en sistemas ganaderos o mixtos. En años secos, cuando baja la producción de pasturas, estos recursos destacan sus efectos positivos como oferta forrajera y nutrición del suelo”.
Fuente: Aapresid