“Me gustaria ver una agricultura mas diversificada”

Los informes de las distintas entidades vinculadas a la producción agricola estiman que esta campaña gruesa vendrá con un 20% mas de soja, en detrimento del maiz, que por condiciones agronómicas y economicas, no seduce al productor.

Consultado sobre este tema, el ingeniero agrónomo Julio Ferrarotti admitió que no es una buena noticia. “A mí me gustaría ver una agricultura más diversificada, no solamente por un mejor cuidado del suelo y sustentabilidad del sistema, sino también para atemperar los naturales barquinazos de una actividad tan lábil desde el punto de vista de las previsiones como la agrícola, tan dependiente de los mercados internacionales y los estados del tiempo”.

Por supuesto que una mayor rotación con gramíneas, especialmente estivales, redundaría en beneficios de todo tipo, “pero la siembra del cultivo insigne dentro de las gramíneas es demasiado onerosa”, dijo. En términos de agricultores, hacer maíz es caro.  Actualmente, pensando en la eventualidad  de malos rendimientos, es más alcanzable agronómica y económicamente el rinde de indiferencia de soja que de maíz. “Por deformación profesional, quisiera un precio de la semilla de maíz más a tiro del bolsillo de los agricultores y un agricultor que pague como corresponde la  genética en soja. De esa manera, la famosa “sojización” se reduciría sensiblemente”, remarcó no obstante Ferrarotti, uno de los genetistas mas reconocidos del pais y la región.
  
Y si de genetica hablamos.

En genetica agricola, hoy nuestro pais “hace gala de una masa crítica de excelencia que arroja resultados de altísima calidad”, dijo orgulloso el experto. Y explicó que actualmente “Uruguay, Paraguay, Bolivia y Sur y Centro de Brasil se encuentran dominados por genética argentina”. Además, apuntó que la genética argentina contribuye a la agricultura de Estados Unidos y es motor movilizador de nuevas economías como la sudafricana. “Si en un pilar fundamental se basa el éxito de la cadena de la soja en Argentina, ese es el de la genética”, subrayó Ferrarotti. “Y pensar que el agricultor argentino poco colabora a ese impresionante desarrollo,  mientras que los productores de otros países pagan con gusto el know how alcanzado por los científicos y técnicos que desarrollan su actividad en nuestro país”, se lamentó una vez mas, haciendo referencia al desentendimiento respecto del reconocimiento de la propiedad intelectual sobre la semilla.
   
“Desde hace muchísimos años los gremios agrícolas desprecian a la técnica y la ciencia promoviendo erróneamente a sus socios el no pago de propiedad intelectual”, se quejó el experto.

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