Cuando hablamos de la gestión de nuestros negocios nos referimos al análisis del margen obtenido luego de descontar los gastos del ingreso. Pero antes debemos entender cuáles son las unidades de negocio que debemos medir; cuáles son las que generan un resultado dentro de mi empresa.
La unidad de negocio Maquinaria es una de ellas. Suele pasar desapercibida en muchos establecimientos que cuentan con ella brindando servicio a otras unidades de negocio a través de las que venden productos a terceros. Pero la maquinaria también vende un servicio. Aunque no generemos una factura o liquidación de venta, está prestando un servicio y generando costos. Por eso debemos analizarlo como un negocio más y entender si generamos utilidades o no.
Es importante en este sentido, valorizar los ingresos de cada labor a precio de mercado. Lo tomamos como costo de oportunidad y le asignamos una tarifa equivalente a lo que esté cobrando el mercado (por ejemplo de contratistas) en la zona. Ese precio genera un ingreso para la unidad de negocio maquinaria y, al mismo tiempo, un costo para la actividad a la que le brinda un servicio (un cultivo agrícola, un verdeo para ganadería, etc). Hasta aquí conformamos el ingreso operativo.
Ahora veamos los costos. Aquí el panorama es más amplio y contempla lo siguiente: combustible, reparaciones y repuestos, mano de obra, seguros, intereses (si los hubiera) y amortizaciones.
- Combustible: implica el gasto de gasoil que consumen las máquinas que brindan cada servicio. Es importante identificar el consumo promedio que requiere cada labor para tener un parámetro de referencia y controlar mensualmente esos valores para identificar desvíos.
- Reparaciones y repuestos: suele ser una línea de gastos dolorosa. Es importante poder imputar estos gastos por implemento para entender si estamos dentro de rangos aceptables para el uso y antigüedad de cada implemento o estamos teniendo un gastos excesivo por mal uso o falta de mantenimiento.
- Mano de obra: es muy común que los encargados de cada maquinaria perciban una remuneración adicional al sueldo por las hectáreas trabajadas. Algunas empresas lo abonan por la labor ejecutada y otras al cierre de cada campaña cuando se levanta la cosecha.
- Seguros: en los casos que contemos con pólizas que aseguren la maquinaria contra siniestros.
- Intereses: hay que contemplarlos en los casos donde estemos pagando un interés por maquinaria adquirida mediante préstamos.
- Amortizaciones: importante no olvidar. Al ser un gasto no erogable, también suele pasarse por alto. Es fundamental exigir a la unidad de negocio maquinaria que pague este costo si tenemos el objetivo de mantener el valor de nuestro parque de maquinaria en el tiempo. El negocio debe ser rentable de forma tal que me permita ir renovando los equipos a medida que se acerca el final de su vida útil.
Actualmente en el agro hay muchos productores que se lanzan a tener maquinaria propia, a la cual hay que entender como una unidad de negocio. Desde la gerencia de un establecimiento hay que analizar todos los detalles y no hacer un seguimiento de esto sería un grave error. Tener maquinaria propia no significa estar exento de grandes gastos.