Pese a la fuerte caída en el poder adquisitivo de la población, y pese a todas las limitaciones que el gobierno pone a las exportaciones (retenciones, cupos, barata, atraso cambiario), los precios del ganado a moneda constante son los más altos desde 1960 a la fecha, superando los picos circunstanciales de 1972, 1979 y 2011. La faena diaria en febrero fue un 7% más baja que en igual mes del año pasado; falta novillo Hilton, no hay vaca suficiente para satisfacer la demanda china y la bajísima oferta de ganado liviano (terneros, vaquillonas, novillitos) refleja la aguda crisis del feedlot. El precio de la hacienda, en los últimos meses en varias ocasiones pareció tocar un techo, pero luego la escasez obliga a exportadores y consumeros a pagar valores mejorados que luego no recuperan al vender las medias reses a los carniceros o los cortes al mercado externo. No hay hacienda suficiente-ni lo habrá por un buen tiempo-para cubrir ni la capacidad instalada de la industria frigorífica ni la potente demanda externa.
La exportación está sujeta a todo tipo de limitaciones (escritas y no escritas), pero se ve beneficiada con precios internacionales muy altos, especialmente Hilton y China. En este último caso, los valores de importación se ubican en los niveles más altos de la historia contemporánea, inclusive por encima de los récords de fines del 2019. Pero la serie obstáculos que pone el gobierno determina que las exportaciones en enero último hayan sido 23% inferiores al año pasado, mientras que Brasil, Uruguay y Estados Unidos, decididos a aprovechar este extraordinario momento, han comenzado el año con importantes incrementos en los volúmenes embarcados y en las divisas ingresadas.
La escasez de ganado, que promete acentuarse en los próximos meses, pesa más por ahora que la acelerada caída de los ingresos de la población y que todos los esfuerzos del gobierno por reducir las ventas al exterior. La invasión rusa a Ucrania no parece tener por ahora un impacto significativo sobre el comercio internacional de carne vacuna, después de tres semanas de ocurrida. Demanda internacional muy firme, con precios 30% más altos que un año atrás.
Pero el faltante de granos que se está registrando presiona sobre los costos de producción de carne en todo el mundo, pero especialmente en Estados Unidos, Europa y China; si la invasión de Rusia a Ucrania se prolonga, los precios del cerdo y pollo subirán, arrastrando a la carne vacuna.
Un mercado internacional muy firme, un mercado doméstico que no se resigna a bajar la ingesta, precios reales récords, “fundamentals” muy buenos para la ganadería, en medio de una “incertidumbre insoportable”.
Autor: Ignacio Iriarte