“En CLA Agroservicios tenemos el corazón verde de Claas”, dice Claudio Plem, responsable de la empresa familiar y de la primera letra de la sigla que la identifica, que se complementa con los nombres de sus hermanos, Leandro y Amilcar. Claudio es el mayor (34) y el que lleva la batuta. Ofrecen servicios como contratistas de picado de forrajes con dos máquinas, una JAGUAR 980 y una JAGUAR 850.
Los hermanos Plem son gente de campo, de la localidad entrerriana de Camps -cerca de Crespo-. Arrancaron con 80 hectáreas de herencia familiar y se agrandaron hasta las 170 hectáreas, entre propias y arrendadas. El padre les dejó un tambo que aún continúan y en el que obtienen entre 3.000 y 3.500 litros diarios. “En esa superficie producimos todo el alimento para las vacas, lo único que compramos es el concentrado proteico, pero no compramos balanceado”, relata Claudio.
En 2003 comenzaron a ofrecer servicio de siembra a terceros y al año siguiente agregaron el acarreo para una empresa de silaje, pero siguieron atendiendo ellos mismos el tambo hasta 2005, cuando compraron la primera picadora. “Era una máquina chica, que después cambiamos por una de mayor porte, hasta que en el 2008, Héctor Daffunchio que es un agente de Claas, nos dijo que teníamos que tener una de esa marca”, explica Claudio. “Esa posibilidad la veíamos tan lejos e inalcanzable que hasta pensé que me estaba cargando. Pero al poco tiempo fuimos a ver una JAGUAR 870 y la compramos. Desde ahí se nos pintó el corazón de verde Claas”. El año pasado pudieron cambiar el equipo por una JAGUAR 850 y después “se le animaron” a la 980.
Con los dos equipos pican unas 90 hectáreas por día en campos ubicados en un radio de 100 a 150 kilómetros de Camps. En total, en la última campaña, picaron 5.000 hectáreas de las cuales alrededor de 3.500 fueron de maíz y sorgo (aproximadamente 70% y 30% respectivamente), y el resto de praderas. “El 80% de esos silajes se destina a la producción de leche y el resto para rodeos de carne, pero estimo que este año podría crecer un poco la demanda ganadera, favorecida por el precio de la carne, la baja de la soja, los granos baratos, la producción en feedlots y la presencia de algunos frigoríficos que tenemos en la zona”, opina Claudio.
Prácticamente todo lo que pican se almacena en bolsas. “De los 80 a 90 clientes que tenemos sólo 2 hacen silo puente”, dice Claudio. “El 80% de lo que picamos lo hacemos con cracker, ya que si bien para el productor tiene un costo un poco mayor las ventajas nutricionales que encuentra lo justifican”.
“Los equipos nos dan muy buen resultado –finaliza Claudio Plem-, pero el servicio de posventa es impresionante. Estamos a 200 kilómetros tanto de San Salvador como de Sunchales y si tenemos un problema pasamos el código del repuesto y en no más de dos horas y media lo tenemos en el campo. Y eso representa mucha plata que dejas de perder por tener el equipo parado”. ¿Y el tambo? “Nunca lo dejamos”, dice Claudio con firmeza.