Si la demanda no gatilla, el productor no propone; es básicamente lo que estuvo sucediendo con el sorgo estas últimas campañas. La grandes existencias del maíz, su precio competitivo para la demanda y sus mejores cualidades nutritivas para el animal dejan al sorgo off side.
Si bien las compras del sorgo americano por parte del gigante asiático ocupan un lugar preponderante, el volumen total importado de China descendió precipitosamente desde 8,3 Mt en la campaña 2015/16 a casi la mitad en 2016/17 hasta ubicarse en 4,7 Mt, según las cifras del USDA.
En base al CIC (Consejo Internacional de Cereales), la cosecha mundial de sorgo acusaría un ajuste negativo del 1,7% en la campaña 2017/18 principalmente por la caída de la producción en Estados Unidos y Argentina. Del lado de la demanda, la entidad prevé un retroceso anual en esta misma magnitud a 61 Mt, cifra más baja en 4 años. A grandes rasgos, estas cifras serían neutrales para el precio del sorgo, sin embargo, la feroz competencia del maíz le quita esperanzas alcistas.
Pese a esto, China necesita sorgo para alimentar a los cerdos, pollos y patos y también para la fabricación del baijiu (tradicional bebida alcohólica). Si bien se espera un crecimiento de su producción local, el CIC mantiene la participación de China en el 66% de las importaciones mundiales.
En Argentina, el principal destino de este cereal es el consumo animal, mientras que, al igual que la situación mundial, la actividad exportadora fue perdiendo protagonismo con el transcurrir de los años. Según las cifras oficiales, el volumen exportado en la campaña actual 2016/17 es de 300 mil toneladas; tres veces menos que en la 2014/2015.
En el 2015, fue un año peculiar por la apertura por parte de China a las importaciones de sorgo argentino, generando la expectativa de “nuevo destino”. Sin embargo, fue un hecho aislado que representó 89 mil toneladas. El principal destino de exportación es Japón, representando el 68% del volumen exportado de sorgo por Argentina, aunque también con un marcado descenso de sus compras en las últimas campañas.
Argentina ocupa el 3er lugar como exportador mundial con el 9% de las exportaciones globales, luego de Estados Unidos (que participa con el 75%) y Australia (con un 12% del total exportado). Estos dos destinos compiten con el sorgo argentino por la distancia a los centros de consumo. Sin embargo, en cuestión de precio, el valor local mantiene un interesante descuento respecto a sus competidores. En el siguiente gráfico de CIC se observa la evolución de los precios FOB de los principales orígenes en el último año.
En Argentina, el descenso del precio del sorgo para exportación, la escasa liquidez del mercado y la competencia del maíz para el consumo, desincentivó a los productores a destinarle hectáreas. Se estima que la superficie del cereal para esta nueva campaña 2017/18 descienda a su nivel más bajo en nueve años.
Es menester mencionar que los suelos argentinos tienen la potencialidad de posicionarse como principales productores mundiales si la atmósfera comercial lo permite. El sorgo se caracteriza por ser un cultivo de baja inversión inicial, con un alto aporte de materia orgánica al suelo y que además, puede soportar un fuerte condicionamiento ambiental-climático como un estrés termo-hídrico, siendo una buena alternativa productiva para suelos marginales.
La alternativa a su uso surge en la producción de bioetanol o biogás a partir del sorgo para diversificar la matriz energética nacional. En este sentido, se destaca la labor del INTA promoviendo el mejoramiento genético de las diferentes variedades, apuntando a una mayor productividad y usos específicos.
Fuente: BCR