Los cereales de invierno van por la revancha

Si bien falta todavía para la siembra, el optimismo cambió en los productores tras las últimas lluvias que se dieron en gran parte de las regiones productivas pese a que aún falta entre 100 a 200 milímetros para que los perfiles de humedad sean óptimos.

En este contexto, es clave poder comenzar la siembra de la mejor manera. Por eso, el tratamiento de semillas es una herramienta de bajo costo que ayuda al crecimiento de la planta y que soporte los estreses de la mejor manera para que cada semilla que se implante, logre el máximo rendimiento.

“Es muy importante la fertilización y bioestimulación en el tratamiento de semillas tanto en cereales como en otros cultivos porque se acompaña a la planta desde el inicio del ciclo con todo lo que  necesita para un correcto crecimiento”, comenzó explicando Enrique Cirolini, asesor técnico-comercial Sudeste y Oeste bonaerense de COMPO EXPERT Argentina.

“Justamente, en un año con restricciones hídricas, tener una planta bien nutrida, bien balanceada, y con un tratamiento de semillas que acompañe desde el comienzo, va a ayudar mucho más a superar el estrés como es el del agua. Hay un mayor enraizamiento y una mayor absorción de nutrientes y de agua”, comentó.

Puntualmente, el técnico señaló que el manejo de la fertilización en los cereales de invierno es variado, pero aseguró que desde Compo recomiendan fertilizar desde la semilla porque sino hay una brecha de días hasta que la planta se establece. “Estamos perdiendo potencial de rendimiento”, enfatizó.

Además, aclaró que es importante realizar un análisis de suelo para saber lo que se necesita aplicar de cada nutriente. Según precisó, un alto porcentaje de lo que es la provincia de Buenos Aires, principalmente en el sudeste, hay una gran deficiencia de zinc en el suelo por lo que es muy importante su aplicación. “Es un micronutriente que falta y cuando hace falta algo, claramente la planta fin de ciclo lo demuestra”, sostuvo.

Al respecto, COMPO EXPERT tiene varios ensayos con asociaciones técnicas, como Inta o Aapresid, para demostrar el potencial de sus tecnologías en el lote. Uno de los que especificó Cirolini es de un tratamiento de semillas a base de NutriSeed, un fertilizante que contiene zinc, lo que permite el suministro del micronutriente de la planta desde el comienzo.

Otro de los ensayos que mencionó es del bioestimulante BasFoliar® Kelp, un producto a base de algas, con gran contenido de hormonas, para fortalecer las raíces de la planta desde un principio.

Asimismo, otro de los ensayos es a base de Vitanica® RZ, un bioestimulante que se viene posicionando en el mercado. Se trata de un producto que contiene algas, con el agregado de un biológico -Bacillus amyloliquefaciens-. Este último agrega el control de patógenos (hongos del suelo) y generar un efecto positivo en el suelo que beneficie a la planta en la mejora de absorción de nutrientes, como el fósforo.

“Es una herramienta muy interesante para poder disminuir los patógenos ya que compite directamente, colonizando la raíz cuando emerge y evita que otros patógenos ingresen y las colonicen”, graficó.

Este grupo de productos de Compo logran un extra de rendimiento en la producción de cereales de invierno. Según la información que obtuvo Cirolini, el plus de rinde va entre un 5% al 11% (entre 250 kilos hasta los 400 kilos por hectárea) sobre el tratamiento testigo, y esta tecnología cuesta entre 20 y 30 kg de trigo por hectárea. “En años seco se acerca más al 11% y en años benignos, al 5%”, aclaró.

Según el referente, a nivel mundial, el segmento de los bioestimulantes es uno de los que más viene creciendo y Argentina no es la excepción. “Se viene adoptando bastante debido a los eventos climatológicos y estos productos ayudan a superar mejor los escollos”, enfatizó.

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