El reciente informe del GEA de la Bolsa de Comercio indica que los valores promedio para la región oscilan de 90 a 120 mm (de oeste a este). En el noreste de Buenos Aires la faltante es de más de 100 mm para alcanzar el promedio de lluvias de febrero de los últimos 30 años. En el noroeste bonaerense y en el sur santafesino el déficit es de 75 y 100 mm. En el centro sur santafesino y el sudeste cordobés las lluvias le deben entre 75 a 50 mm para alcanzar el promedio del mes.
Sin embargo las proyecciones meteorologías no son optimistas en cuanto a la posibilidad de precipitaciones que permitan revertir el balance negativo de febrero: “los pronósticos indican que no tendremos aportes importantes de agua hasta el final del mes, por lo que febrero se encamina a sumarse a la lista de meses pluvialmente deficitarios”, dice el consultor Elorriaga.
¿Cómo fue el impacto de las bajas temperaturas sobre los cultivos?
Cuantificar el impacto de las bajas térmicas sobre los cultivos es apresurado. Se requieren al menos diez días para evaluar la evolución de los cuadros. “Es posible que haya daño subclínico que no estamos viendo”, dicen desde Pergamino. “El efecto varia de lote a lote: influyen las fechas de siembra, el estado de desarrollo del cultivo, la altitud del lote. Aunque creemos que no tendrán un gran impacto, claramente va a afectar el rendimiento. Gratis no nos va a salir”, comentan desde Marcos Juárez. En Arroyo Dulce no desestiman el impacto de estas temperaturas pero hacen hincapié que el problema de base sigue siendo la sequía: “en un año normal, estas bajas térmicas que tuvimos no serían problema, o representarían una mínima pérdida de hojas superiores y algún nudo. Pero con la seca brutal que están sufriendo los cultivos, en particular la soja, no había margen para otra agresión del clima. De no llover en los próximos 10 días podríamos perder todos los lotes de soja”. En la región coinciden en que el mayor golpe se lo llevó la soja de segunda y los cultivos sembrados en ambientes limitantes: “es que a causa del severo estrés hídrico de estos cuadros no hubo regulación térmica”.