La fecha de siembra es una de las decisiones de manejo de mayor impacto en el rinde del maíz. La fecha de siembra condiciona el ambiente hídrico y fototérmico que explora el cultivo durante su ciclo y, en consecuencia, los niveles de rinde potencial, alcanzable y logrado. Las modificaciones en las condiciones ambientales y el nivel de rinde que surgen de un cambio en la fecha de siembra determinan además la necesidad de ajustar otras decisiones de manejo.
La siembra tardía de maíz (noviembre-diciembre) es una práctica frecuente en la actualidad. Varios aspectos del manejo tecnológico del maíz tardío deben cambiarse o ajustarse respecto al maíz temprano. La necesidad de ajustar el manejo responde a dos motivos principales:
(a) El nivel de rinde objetivo o esperado es diferente.
(b) Las condiciones ambientales bióticas y abióticas exploradas también son diferentes.
Los principales aspectos de manejo a ajustar en maíces tardíos son los siguientes:
1. Híbridos
En primer lugar, dadas las condiciones fototérmicas durante el período crítico, el rinde potencial de maíz tardío es menor (hasta 15%, según la zona). Como resultado, el rinde potencial de los materiales no debería ser principal atributo en la selección. Sí, en cambio, debería priorizarse la estabilidad del material.
En segundo lugar, dadas las condiciones ambientales durante el ciclo, hay más predisposición para el desarrollo de enfermedades (por ejemplo, roya [Puccinia sorghi], tizón [Exserohilum turcicum]) y plagas (por ejemplo la isoca de la espiga [Helicoverpa zea]). De esta manera, dos aspectos clave en la selección de híbridos para siembras tardías son el perfil sanitario y los eventos biotecnológicos para el control de plagas ya que existen grandes diferencias en el comportamiento sanitario de distintos materiales. [1]
Asimismo, existen diferentes eventos de protección frente a las plagas más comunes. Por último, la selección del híbrido debería considerar:
(a) La longitud del ciclo (evitar materiales largos).
(b) La velocidad de secado de los materiales.
2. Densidad
La densidad de siembra debe reducirse en maíces tardíos por dos motivos:
(a) Las condiciones fototérmicas favorecen una alta tasa de crecimiento vegetativo que genera plantas de mayor porte.
(b) El ambiente de menor potencial puede -dada la respuesta funcional del maíz a la densidad- limitar la tasa de crecimiento de las plantas en el período crítico y por lo tanto del rinde.
De manera orientativa, la densidad en planteos tardíos puede reducirse entre un 10 y un 20% respecto a los tempranos: las densidades de entre 6,5 y 8 pl/m2 (dependiendo del ambiente) normalmente usadas en los planteos tempranos pueden disminuir a entre 5 y 6,5 pl/m2 en los planteos tardíos.
3. Fertilización
El maíz requiere cantidades considerables de Nitrógeno (N) y Fósforo (P). Numerosos ensayos muestran respuestas importantes del maíz tardío a la fertilización con estos nutrientes. Sin embargo, las necesidades de fertilización para maximizar el rinde -criterio de suficiencia de maíces tardíos suelen ser menores (a la de tempranos) por:
(a) El menor nivel de rinde objetivo (y por lo tanto también el requerimiento de nutrientes).
(b) El mayor contenido de N y P en el suelo como consecuencia de la mineralización de primavera.
Autor: Ing Federico Bert