La tecnología que crece sumando precisión y sustentabilidad en el lote

¿Qué puede aportar el uso de drones al manejo agronómico? Un experto de DroneScope cuenta cuáles son los alcances de la tecnología y qué horizontes se amplían a futuro.

“Así como un día empezamos a llevar al campo un celular y luego una notebook, hoy hay que sumar un dron”, dice -con total seguridad- Eduardo San Agustín, uno de los socios de SmartField, la consultora que creó DroneScope.ag, una plataforma que potencia el uso de drones en agricultura. El tema fue abordado por Aapresid en su Podcast #IntegrandoManejos que puede escucharse en Spotify.

¿Por qué habría que sumar un dron al campo?, se preguntó el ingeniero agrónomo Martín Rainaudo, de la regional Rosario de Aapresid, a cargo de guiar la entrevista. La respuesta no tiene lugar a dudas: porque se trata de una tecnología accesible, de bajo costo, fácil de aprender, y permite conocer el estado de un lote en 20 minutos de manera sencilla, confiable, objetiva y representativa.

Para San Agustín, el propósito de esta herramienta voladora es tomar decisiones más inteligentes a campo, mejorar la rentabilidad de los cultivos y ser más sustentables. Al trabajar con drones descubrió dos cosas: en primer lugar, que al ver los cultivos desde arriba “tenés una visión cenital y eso es un diferencial importante a la hora de tomar decisiones”. En segundo término, y en consecuencia de lo anterior, la imagen aporta objetividad y el vuelo una gran representatividad del muestreo. “Cuando uno va al lote a contar plantas de maíz con la cinta y la estaca, inevitablemente hace una elección subjetiva de dónde relevar y dónde no. Pero con un scouting, eso no pasa; el dron asegura más representatividad porque se puede hacer un muestreo de toda la superficie, y más objetividad porque no se elige arbitrariamente un sector determinado para monitorear”, explica el experto.

Por otra parte, destaca que los drones están aumentando su autonomía de vuelo. “En muy poco tiempo se pasó de poder volar 20 a minutos a más 30”, pondera y remarca que son muy seguros de usar y difíciles de romper o perder; por lo que representan una inversión segura. ¿Cómo se aplica esta tecnología a campo? Las fotos obtenidas con drones son el insumo básico para obtener información precisa y conocer en profundidad lo que está sucediendo en el lote, sin sesgos ni subjetividades. Luego del sobrevuelo, las imágenes son subidas a una plataforma online de gestión y procesamiento de datos; en poco tiempo (se pueden relevar 100 hectáreas en una hora), son traducidas a información fidedigna que sirve de base para la toma de decisiones.

A través de herramientas como DroneScope.ag se pueden obtener datos objetivos, ya sea un conteo de stand de plantas, una evaluación de cobertura, la incidencia de malezas en el lote, tener un panorama visual del estado de los cultivos o de los barbechos, y hacer prescripciones en función de ello. La foto RGB tomada por un dron es de utilidad, pero se aprovecha más cuando la inteligencia artificial procesa la imagen y la traduce a datos, indicadores y números que permiten hacer ambientaciones, detectar zonas de mayor y menor potencial productivo, usar más racionalmente los insumos y tomar decisiones en un marco de mayor certidumbre.

El análisis de datos permite identificar problemáticas en la foto, desarrollar mapas georeferenciados y después ir al lote. ¿Cómo? Generando una prescripción para la aplicación variable de herbicidas o fertilizantes. A través de los vuelos y el procesamiento de imágenes se detectan las zonas específicas del lote donde hay presencia de malezas y se hacen las aplicaciones variables. Si el pulverizador tiene la posibilidad de cargar un mapa, puede tratar sólo las partes afectadas señaladas en la prescripción. Así se ahorra en insumos y en aplicaciones.

Y si de ahorro hablamos, San Agustín no sólo destaca la posibilidad de ser más racionales y eficientes en la aplicación de fitosanitarios, también en el costo que implica el recorrido de la pulverizadora en el lote. “Hemos tenido casos de ahorro del 40% y otros del 90%; es muy variable, pero con esta tecnología vas a ahorrar insumos y también hectáreas de servicio, porque vas a tener claro en qué sectores del lote aplicar y donde no. Hay otras herramientas —como el Weed-it— que permiten ahorrar producto, pero no hectáreas”, detalla.

¿Es factible la aplicación de esta tecnología para el control de malezas en cultivos como soja? “Totalmente”, afirma Eduardo San Agustín y adelanta que DroneScope.ag va a desarrollar soluciones para esos casos puntuales de malezas problema. “Ahora que llegaron los drones pulverizadores a Argentina, vamos a avanzar en esta línea”.

“Hoy estamos trabajando en desarrollar algoritmos que mejoren la estimación de productividad en los cultivos extensivos. ¿Cómo vamos a saber cuánto producimos en un lote si le erramos al 10% de las plantas?”, se pregunta. Según el especialista, puliendo esas variables se podrá saber con total fidelidad lo que está sucediendo en el lote y cuál es el potencial de rinde.

Está claro que la renovación generacional ha colocado en el centro la tecnología de generación de datos y se potencia aún más cuando se hace evidente que ser más eficientes en el uso de los recursos también permite ser más rentables e incluso sustentables.

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