La soja demanda instalar prácticas de nutrición defensiva

En línea con la elección de la variedad por ambiente se ubica la vinculación directa del adecuado balance nutritivo y la de un plan definido de control de enfermedades que se traducen en herramientas económicas viables para el objetivo de altos rendimientos extensivos. 

Las plantas responden de manera natural al estrés hídrico y a otras condiciones adversas acumulando compuestos orgánicos entre los que se encuentran los aminoácidos. 
La aplicación externa de un producto que contenga tales aminoácidos da como resultado un aumento de la concentración de solutos en la célula. Esto se traduce en un potencial hídrico que hace a la planta más tolerante a este estrés 

Sendos estudios apuntan a que los aminoácidos colaboran para que las plantas puedan resistir los estreses y defenderse contra plagas y enfermedades. 

Las plantas sintetizan aminoácidos y otras sustancias orgánicas a partir de nitrógeno inorgánico, pero cuando se encuentran en condiciones de estrés son incapaces de desarrollar sus actividades fisiológicas con normalidad. En esos casos, la aplicación externa de aminoácidos reduce las necesidades de consumo energético de las plantas, y este ahorro de energía se puede utilizar para procesos vitales, lo que explica los resultados obtenidos en esta y en similares experiencias 

Todo aquello que mejore el estado general de un cultivo, refuerza los sistemas de defensa de la planta. Así es que, un cultivo en buen estado es la mejor prevención contra la aparición de plagas y enfermedades. 
El efecto de los aminoácidos no es solo ayudar a la planta a tolerar y superar situaciones de estrés transitorio o crónico en varias etapas del ciclo fenológico como el des-balance de hiper-acidez, desviaciones de cationes contaminantes, anoxia o temperaturas de bajo retorno a las medias en períodos breves; además es el de enfrentar la presencia de hongos con mayor resistencia y, parte de lo descrito tiene sus fundamentos en que los quelatos(1) verdaderos de aminoácidos aseguran: 

 – Alto potencial de absorción 
 – Alta tolerancia 
 – Elevada estabilidad en las formulaciones 
 – Estimular el metabolismo 
 – Desencadenar procesos 

(1): cargas iónicas neutralizadas. 

La planificación del uso de aminoácidos se sucede como la Tecnología Nutridor que permite complementar a la nutrición convencional por suelo de los sólidos granulados con refuerzos tanto en el tegumento de semilla como aplicaciones foliares. 

Nutridor habilita al cultivo acceder a un programa de cobertura nutritiva y defensiva en todos los períodos, siendo en semilla un precoz proveedor de sustancias activas y nutrientes trazas y ultra traza en un equilibrio que garantiza su absorción para transferirse como nutrientes funcionales (tangibles por su peso molecular entre 800-1.000 d°), es extensivo para los de aplicación en períodos vegetativo y reproductivo con aminogramas de espectro amplio y que aseguran su transferencia en xilema a los sitios de inmediata demanda. 

La Tecnología se extiende con refuerzos de aplicaciones de potasio -Nutridor K- como acomplejado de alta estabilidad y que contribuye más aún en los casos de aguas de dureza extrema para un más fácil ingreso al sistema de la planta. Así también es considerado para ambientes con suelos de inter-placas de escasa presencia de este gran nutriente o sustituído por otros como el aluminio o el hierro. 

La alta aceptación de Nutridor en los programas de Nutrición Defensiva es por la compatibilidad concebida para ser aplicado junto a inoculantes y cura-semillas en el tegumento como también aplicaciones combinadas con glifosato para refuerzos o bien con fungicidas e insecticidas. Tal versatilidad lo posiciona para uso de protocolos amplios sin restricciones de ambientes. (Nidera)

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