Según datos oficiales, la provincia de Santa Fe contaba con unos 4100 tamberos a principios de 2016. Luego de las inundaciones del mes de abril, desaparecieron unos 400 establecimientos. Y de los 3700 que quedaron en pie, unos 1000 se encuentran en una situación terminal por el temporal que azotó la zona central del pais a principios de este 2017.
“Lamentablemente en la mayoria de los campos no quedo nada, ni pasturas, reservas”, se lamentó Marcelo Aimaro, de la Mesa Provincial de Lecheria de Santa Fe. El dirigente lechero apuntó en ese sentido que para recomponer la estructura hace falta dinero y tiempo. “Lleva de 6 a 8 meses recomponer la situación y solo puede hacerse con plata”, aclaró. En ese sentido, recordó que tras el temporal de abril del año pasado le presentaron un trabajo al ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, donde explicaban que para volver a la “normalidad”, se necesitaban 10 mil pesos por vaca. Un productor medio, de 200 vacas, requería así de una ayuda de no menos de 2 millones de pesos. “Y esto tiene que ir de la mano de las obras de infraestructura necesarias”, subrayó Aimaro.
La provincia está perdiendo hoy cerca de 2 millones de litros de leche diarios, que a $4,6 por litro de leche (promedio de diciembre al productor), resultan mas de 9 millones de pesos diarios.
“En la reunion que tuvimos con el gobernador Lifschitz y el ministro Buryaile le pedimos que, asi como se tomó dinero en el exterior para afrontar otros compromisos del pais, se tome para ayudar a estos productores”, reclamó Marcelo Aimaro, aclarando que no solo está en juego la suerte de los tamberos, sino la de todos los trabajadores del sector, tanto directos como indirectos, que cual efecto dominó toca a la industria, a los vendedores de insumos, veterinarios, etc etc.