Mientras la posibilidad de delinear una nueva ley de semillas queda cada vez más lejos, el aumento del control de las simientes en el campo muestran un mayor reconocimiento por parte del productor en el pago del producto de una campaña a otra. De esta forma se empieza a ver que con la presencia del Estado, lentamente se deja de optar por la bolsa blanca dejando camino a la fiscalizada.
Semanas atrás venció el plazo para que el productor declare en el Instituto Nacional de Semillas (Inase) el origen de la soja sembrada de la campaña 2016/2017. Estos datos muestran a la fecha una mejora sobre las simientes de uso propio que hasta el año pasado era de 70/30, hoy este paso a ser de 80/30.
Es decir que éste ultimo número habla de que empieza a ver un cambio en la mentalidad del hombre de campo que ahora paga por el insumo dejando de lado la ilegalidad conocida como bolsa blanca.
Los datos revelados por fuentes de Agroindustria muestran que las modificaciones que se ven en el mercado de semillas es parte del mayor control que implementó el Estado en donde el productor se siente más observado. Fuentes del sector industrial, también reconocieron que más productores están pagando por la semillas. Con lo cual se entiende que una es consecuencia de la otra.
Desde la cartera agropecuaria adelantaron que se trabaja en un canal de denuncias a través de un app para que de manera anónima los productores alerten la venta de la bolsa blanca. La misma fuentes sostienen que en el último tiempo se está encontrando mercadería ilegal lo que generó la aplicación de sanciones que a la fecha suman multas por $1,6 millones. En definitiva pareciera ver una idea distinta en el productor de empezar a ir por el lado de lo legal para evitar no sólo multas sino también futuros juicios por parte de los obtentores que reclaman por derecha su tecnología.
Sin embargo no hay definición aún en el pago o no de la patente. Tanto las empresas representadas por la Asociación de Semilleros Argentinos (ASA) y tres de las entidades agropecuarias, está excluida la Federación Agraria Argentina (FAA), por el momento no llegan a un posible acuerdo que convierta esto en una futura ley de semillas.
Las fuentes de Agroindustria remarcaron “lo importante en avanzar en un consenso” y sin bien “se está acercando cosas, no será posible para es periodo sacar una nueva ley, la cual pasará para el 2018”.
Frente a eso ya están diseñadas “todas las resoluciones que hagan falta emitir” para generar un mercado más confiable. A la fecha, la producción espera una respuesta de ASA que recibió una propuesta para que todas las variedades previas al 2012 no se paguen y sean de uso propio. La idea no convence a un sector que dependen y mucho del germoplasma, y que tiene el 90% del mercado.
Otras basan su negocio en los transgénicos, es decir van por la ley de patentes, esa es la grieta. Los demás van por la ley de semillas.