Hace un mes se señalaba un horizonte productivo en torno a los 17,7 Mt. Pero el mes de setiembre trascurrió casi sin lluvias cómo agosto y julio en buena parte de la región pampeana. Las sucesivas heladas de setiembre intercaladas por temperaturas que han llegado a superar los 30°C en un ambiente de bajísima humedad relativa han agravado la condición del trigo y bajan las expectativas productivas nacionales. Se estima que 2,5 M de ha trigo —el 40% del trigo sembrado— está en condiciones regulares a malas. Con un área sembrada de 5,9 M de ha y esta nueva proyección de 16,5 Mt, Argentina produciría un 28% menos de trigo que el ciclo pasado. De esta manera, sería la producción más baja de los últimos 7 años, estando incluso por debajo del complicadísimo ciclo 2020/21, en el que solo se produjeron 17 Mt.
Las recientes lluvias no alcanzan para torcer el rumbo de la campaña de trigo
Hace un año atrás, había un punto de giro para el trigo: “las lluvias que lo cambiaron todo y permiten apuntar a superar los 20,5 Mt”, comentábamos. Las tormentas habían llegado temprano en setiembre del 2021, ocurrieron en la primera semana, y en forma abundante, encaminando la campaña hacia lo que terminó siendo una cosecha récord de 23 Mt.
Lamentablemente, en el 2022 se da lo contrario: las primeras lluvias importantes de la región pampeana llagaron entre el 18 y 19 de setiembre. Solo dejaron más entre 15 y 30 mm en el SE de Córdoba, en una pequeña franja del centro sur de Santa Fe, y en SO bonaerense. Solamente, en el centro de la provincia de La Pampa los acumulados estuvieron entre los 30 a 60 mm.
Con estas lluvias acotadas, el trigo cumple con sus etapas de macollaje, encañazón y espigazón. Por lo que el déficit hídrico se agrava en el norte, oeste y centro del país. Los lotes de trigo de la provincia de Córdoba, Chaco, Santiago del Estero, sur de Santa Fe y norte de Buenos Aires son los más afectados. Hubo una buena, las lluvias de esta semana sorprendieron y dejaron más milímetros de los que se esperaban, pero alcanzaron una zona muy acotada de Córdoba: los departamentos de Marcos Juárez y Unión. Aun así, se estiman en la provincia 400 mil ha en condiciones regulares y casi 200 mil malas. En Chaco hubo algunos milímetros esta semana pasada: 1 a 5 mm. El agua es insuficiente para el cultivo que está avanzado, sin desarrollo, golpeado por las heladas tardías y tapado por las malezas. Se proyectan 6 quintales en numerosos lotes. Hay grandes áreas muy afectadas con cuadros a punto de perderse.
En el sur de Santa Fe esta semana se está evaluando el estado de lotes. “En los sectores que llovieron entre 10 y 12 mm, se notan algo recuperados, pero donde cayeron 6 a 8 mm, no se percibe mejoría”, resumen los ingenieros del área. Con este panorama, muchos lotes se darán por perdido para pasar a soja. Otros, seguirán su ciclo pero la muerte de macollos y la cantidad de espigas por metro cuadrado están muy lejos de las que se planeaba al principio y el potencial está limitado entre 10 a 30qq/ha. La capacidad de recuperación de rinde está muy limitada. En el norte de Buenos Aires, fueron menos de 5 mm, la falta de agua es casi total desde el 25 de mayo y la situación de los trigos es crítica.
En Entre Ríos, y en el centro este y sur de Buenos Aires el trigo tiene mejores condiciones y se perfilan con mejor potencial en términos de rinde. En el resto del país, el comportamiento de las lluvias en los próximos quince días será determinante para evitar que las pérdidas se incrementen.
El maíz 2022/23 sigue desmoronándose, la siembra caería 200.000 ha más
Aunque en principio se esperaba un retroceso de la superficie de maíz de 400.000 ha respecto al ciclo pasado, el recorte del área de siembra que se estima en setiembre es mayor y trepa a un total de 600.000 ha. Para este nuevo ciclo se estima una intención de siembra de 8,0 M ha, lo que resulta en una baja interanual de 7,0%. Las razones son las mismas que se destacaban hace un mes: la sostenida falta de agua durante los últimos 36 meses sobre la región pampeana —en especial en el centro, oeste y norte— que se ha intensificado en las últimas 3 estaciones y los pronósticos de una tercera Niña consecutiva. El sector enfrenta un desafío mayúsculo sobre todo los que plantean siembras tempranas de maíz.
La siembra maicera —que prácticamente no ha comenzado— tiene malos indicadores. Las reservas de agua son muy inferiores en todo el país respecto de hace un año atrás. La situación del Pacífico Ecuatorial Central muestra en la última actualización un valor ONI de -0,8 cuando hace un año atrás era -0,4. Esto da serios indicios de que será la intensidad de esta tercera Niña no sería leve como el año pasado, sino moderada. Y en el Atlántico, otro elemento que ha sido clave en campañas difíciles para el maíz, no hay señales de calentamiento. En este contexto, la participación de las siembras tardías se espera que sea récord, por lo que serán el factor fundamental para la producción maicera argentina 2022/23.
Con 8,0 M ha que se sembrarían, 7,0 M de ha de cosecha para el circuito comercial, se espera una producción que rondaría 56 M Tn.
La soja sigue sumando hectáreas y ya se consolida en las 17 M ha
Y, la soja vuelve a ajustarse con una suba. Esta vez con 200.000 ha más que dejarán de sembrarse con maíz para subir el número de intención sojera a 17,0 M ha. El aumento sería de 900.000 hectáreas, un 5,6% más que en el 2021. De esta manera, se estaría ante una producción de aproximadamente 48 Mt (se toman 400.000 ha como promedio de superficie perdida o no cosechada).
Fuente: GEA