Al mismo tiempo, también es preocupante, por las implicancias que tiene para el abastecimiento de la población y para el desarrollo económico en general.
En esta ocasión nos enfocaremos con mayor detalle en la evolución de la producción de leche de la región, analizando el comportamiento que tuvieron los 10 países que producen más de 1.000 millones de litros por año, y que aportan el 94 % del total regional.
Los datos originales para el trabajo surgen de las estadísticas que publica la FAO en el sitio FAOSTAT, que están disponibles hasta el año 2018, y luego se complementaron con una estimación que también surge de la misma organización, para el año 2019. También se utilizaron datos oficiales publicados por los países, en especial para el caso de Colombia, Chile y Ecuador, mientras que para el resto de los países se utilizó para el análisis la producción que reporta FAO.
En primer lugar, para brindar una idea de las magnitudes relativas entre los 10 países, en el siguiente gráfico se muestra el nivel de producción (en millones de litros) de cada uno para el año 2018, en función del dato más confiable disponible.
En líneas generales, se distingue por un lado Brasil, que aporta el 45,1% del total (de los 10 países), luego le sigue un grupo compuesto por México, Argentina y Colombia, con el 39,3%, y por último los otros seis países, con el 15,6%.
El informe está basado en una presentación de la tendencia de la producción de leche de los 10 países, tomando como índice base la producción de 2010 igual a 100, como se muestra en el siguiente gráfico (como aclaración, cabe mencionar que la selección de otro año base podría modificar levemente los resultados, pero no las conclusiones).
Aunque no surge directamente del gráfico, cabe mencionar que entre los años 2010 y 2019 el índice medio ponderado de producción para el conjunto de 10 países pasó de 100 a 109, pero lo más importante, es que desde 2013 está prácticamente estancada (era de 107 en ese año).
Entrando al análisis individual (al lado de cada país se coloca entre paréntesis el nivel de producción en el año 2018, en millones de litros de leche), hay tres casos que en el año 2019 habrían reducido su producción en comparación con lo que producían en 2010 (Venezuela, Ecuador y Argentina, para las cuáles el gráfico muestra un marcador rectangular).
El caso de Venezuela (1.817 millones) no merece mayores comentarios, ya que el dato (-26%) es fácil de explicar por los problemas generalizados que atraviesa todo el sector productivo de ese país. Para Ecuador (1.926 millones), la información de FAO mostraba una caída incluso mayor, por lo que fue corregida por fuentes nacionales. Sin embargo, la serie oficial sólo tiene datos hasta 2017, por lo que los dos últimos son estimaciones a partir de fuentes no oficiales. Finalmente, Argentina (10.527 millones) produjo un 3% menos, aunque también, en este caso, hubo un cambio en la metodología estadística en el año 2015.
Luego hay dos países, Chile (2.563 millones) y Colombia (6.908 millones), cuya producción está prácticamente estancada, en los mismos niveles que hace 10 años, con un comportamiento muy similar al caso argentino.
Hay tres países (Brasil, Uruguay y México), con la línea resaltada con un marcador circular, en los que la producción aumentó entre un 10 y 20%, pero con diferencias marcadas entre México (12.006 millones), que tiene tasas de crecimiento pequeñas pero sostenidas, del caso de Brasil (33.840 millones) y Uruguay (2.173 millones), que desde el año 2014 tienen su producción prácticamente estancada, reforzando el comportamiento ya indicado para el conjunto de la región.
Bastante parecido al comportamiento de México, aunque con valores algo mayores, son los casos de Costa Rica (1.161 millones) y Perú (2.067 millones), donde la producción aumentó un 23 y un 26%, respectivamente.
Para finalizar, podríamos plantear que entre los años 2015 y 2019 (cinco años), si analizamos por separado los casos de México, Perú y Costa Rica por un lado, tuvieron un aumento de producción del 11,8%, mientras que los siete países restantes tuvieron una disminución (promedio simple) del 6% en su producción de leche, reforzando la conclusión de un estancamiento productivo bastante generalizado en la región, particularmente desde los años 2013-2014.