La producción de trigo del hemisferio norte alcanzó un nuevo récord en la campaña 2014/15 y continúa deprimiendo el mercado internacional, en el marco de una demanda castigada por el fortalecimiento del dólar frente al resto de las monedas. De acuerdo a la última proyección del Consejo Internacional de Cereales (CIC), la cosecha global llegará a 717 millones de toneladas, favorecida por resultados superiores a los esperados en Ucrania y la Unión Europea. Uno de los jugadores más importantes de este mercado es Rusia, con una cosecha de 60 millones de toneladas que le permitirá exportar entre 22 y 23 millones de toneladas entre mediados de este año y el próximo.
Sin embargo, cabe señalar que buena parte de la cosecha europea se vio perjudicada por las excesivas lluvias del tramo final de la primavera, por lo que una mayor proporción de la misma no servirá para panificación y consecuentemente bajará al estándar forrajero. Dentro este contexto deben interpretarse los embarques de trigo canadiense hacia el puerto de Rouen, en el norte de Francia, zona donde hay una imperiosa necesidad de mezclar los trigos obtenidos con mercadería importada para lograr mejor aptitud panadera. De acuerdo al CIC, casi el 20% de la producción mundial se utilizará para alimentación animal, fundamentalmente en el hemisferio norte.
Por el lado de la demanda, se destaca la considerable retracción de dos actores importantes como China y Brasil. El primero logró una cosecha de calidad superior a la del año pasado, evitando la necesidad de recurrir en forma agresiva a la importación como en los meses centrales de 2013. Las proyecciones apuntan a que durante 2014/15 totalizará compras externas por unas tres millones de toneladas, menos de la mitad de las adquiridas en el ciclo precedente, donde recurrió a embarques desde Estados Unidos, Canadá, Francia y Australia para abastecerse del cereal.
En tanto, en Brasil la trilla sigue avanzando y se espera una producción nacional superior a 7 millones de toneladas, que posibilitará reducir la dependencia de la importación. Los molinos brasileños continúan comprando en Estados Unidos, puesto que en nuestro país se ha completado casi totalmente el cupo de 1,5 millones de toneladas liberadas para colocar en el exterior. En el estado de Paraná la colecta se acerca al 50% del área y los cultivos se encuentran en muy buenas condiciones. No obstante, los trabajos podrían ralentizarse durante los próximos días por la llegada de lluvias, que también afectaron a Paraguay a comienzos de esta semana. En este país ya se ha cosechado más de la mitad de la superficie y las estimaciones coinciden en remarcar que la producción duplicará a la del último año.
Por su parte, en nuestro país se verifican condiciones generalmente buenas en las provincias del centro y norte, aunque está aumentando la preocupación por la continuidad del tiempo húmedo y la proliferación de enfermedades. Al sur de Santa Fe, por ejemplo, se detectan bajas tasas de macollaje por la falta de frío de acuerdo a GEA – Guía Estratégica para el Agro. La misma realidad afecta a la cebada, aunque esta última se localiza mayoritariamente al sur de Buenos Aires.
El mercado forward a cosecha se estabilizó en niveles de entre u$s 145 y 150 por tonelada, dependiendo de las condiciones de entrega y la calidad de los lotes. Si bien estas cifras suponen una considerable desvalorización respecto de los u$s 200/ton que podían obtenerse en mayo y junio, igualmente se advirtió en los últimos días el interés de la oferta por cerrar operaciones. De hecho, el volumen de trigo nuevo comprometido con exportadores hasta mediados de septiembre es superior al registrado a la misma fecha del año pasado, en torno a 650.000 toneladas.
Por su parte, el mercado disponible continúa debilitándose, con precios que rompieron a la baja los $ 1.400/ton por el cereal en condiciones Cámara. El principal determinante del desempeño bajista es la holgada oferta remanente del año pasado sin posibilidad de colocación entre los exportadores, que se retiraron de la búsqueda del cereal e incluso han estado ofreciendo parte de sus stocks a la industria molinera. Estas operaciones, sin embargo, no totalizaron un volumen muy significativo, aunque algunos estiman que podrían haber sido hasta 500.000 toneladas.
En este contexto, el stock de la industria permite cubrir sin grandes sobresaltos el tramo final de la campaña. En parte por esto los molinos se encuentran aumentando su ritmo de molienda, algo que podría dar lugar a una sobreoferta de harina en el mercado local. No obstante, durante los últimos días continuaron otorgándose ROE Verde para su exportación, que durante el año 2014 totalizan 215.362 toneladas, cifra que supera el cupo anunciado oficialmente.
Fuente: BCR