La intención de siembra de soja 2024/25 subiría un 7,5%

Se realizaron ajustes en la estimación del área implantada con soja 2023/24, reduciéndose a 16,4 M ha. Con un rinde promedio nacional, que se ajustó de 31 a 31,2 qq/ha, la producción de la oleaginosa, sin embargo, se mantuvo en 50 Mt.

Con la segunda suba más importante de las últimas 17 campañas, se estima que la intención de siembra de soja 2024/25 conllevaría una suba interanual de 7,5%, o de 1,3 millones de hectáreas, a 17,7 M ha. Tras la campaña 2008/09, que es la 1ra campaña de nuestra serie, hay un salto del 10% con el ciclo siguiente, 2009/10, año en que la soja subió en casi 1,8 M de ha después de una gran sequía que todavía es recordada en el sector. Esta vez la suba también es histórica, merced a la amenaza que representa el achaparramiento del maíz, enfermedad desencadenada por la “chicharrita”.

Por lo tanto, de materializarse, esta intención de siembra correspondería a un tercer ciclo consecutivo de avance de la oleaginosa, tras caer en 8 campañas seguidas desde el ciclo 2014/15.

De concretarse la proyección de siembra de 17,7 M ha, sobre la base de un área no cosechable promedio y un rendimiento promedio de 30,5 qq/ha, la producción podría estar entre 52 y 53 Mt.

Ajustes en el área de maíz 2023/24 ubica la producción por encima de 49 Mt

A partir de ajustes en el área sembrada y en el área perdida de maíz, muy afectada por la expansión de la “chicharrita”, se ubica la superficie implantada en 10,07 M ha. El área no cosechable también se corrigió a 2,49 M ha. Con un rinde promedio nacional en 65,4 qq/ha, la producción de maíz 2023/24 es estimada en 49,5 Mt.

La sequía acecha al maíz y se “fuerza” la siembra temprana para el ciclo 2024/25

La falta de agua que afecta al trigo en el oeste y norte del país también afecta a la siembra de maíz. Esto se agrava porque en este año hay necesidad de sembrar temprano, pero las lluvias de setiembre no aparecen. Otra particularidad de este año es que tras las tormentas en el centro del país a fines de agosto, se está “forzando la siembra” en muchos casos. Esto significa varias cosas, como, por ejemplo, que se está sembrando sin las condiciones necesarias de temperatura en el suelo en algunos casos, lo que garantiza una emergencia más uniforme y rápida. En otros casos, se agrega el sembrar sin las reservas hídricas necesarias en el perfil, esto es, contar con más del 80% de agua útil en los suelos. De hecho, hay varias zonas del centro del país, incluyendo el SE cordobés, que se está sembrando con reservas del 40 al 70%, con lo cual habrá una mayor dependencia de las lluvias que se den de acá en másHacia el oeste y el norte esta situación empeora.

También se está forzando la siembra de lotes que no tienen la calidad de suelo para hacer planteos de siembras tempranas, pero que se están llevando a cabo para escapar de las fechas tardías por el temor a la chicharrita. Por otro lado, el panorama de los precios de la soja y las experiencias con la oleaginosa están “forzando” al productor a tratar de diversificar el riesgo aún a riesgo de sembrar en condiciones no del todo adecuadas para el maíz en este año.

Setiembre no está siendo favorable para el maíz. Por ahora, se mantiene la proyección de 21% de caída en la intención de siembra maicera respecto del ciclo anterior. De esta manera se implantarían casi 8 M ha con maíz en 2024/25, lo que podría significar una producción de entre 51 y 52 Mt. (BCR)

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