“¿Es posible trabajar en sistemas lecheros simples y eficientes?” será la pregunta que responderán Javier Baudracco y Belén Lazzarini, de la Universidad Nacional del Litoral, durante la próxima edición de “Experiencia Forrajera y en Cosecha” que CLAAS Argentina realizará el 7 de diciembre en la localidad santafesina de Sunchales (Ruta Nacional 34, Km 255).
En plena cuenca lechera, la más importante del país, el tema será debatido en el auditorio de la jornada luego de que los asistentes se hayan capacitado sobre manejo de alfalfa, verdeos de invierno, maíz y trigo, además de disfrutar las dinámicas de maquinaria a campo y la disertación de Carlos Melconian, que participará del cierre del encuentro.
“Para lograr sistemas rentables es necesario producir elevada cantidad de forrajes pero también consumirlos y transformarlos en leche de forma eficiente“, adelanta Baudracco y explica que durante los últimos años los sistemas lecheros argentinos han incorporado mucha tecnología de insumos relacionada con los animales y la alimentación. Ejemplos de esto es el incremento en el uso de alimentos concentrados y reservas por vaca, la incorporación de maquinaria para distribución de alimentos, la creciente utilización de insumos relacionados a la sanidad animal y el elevado uso de semen importado para generar vacas de alta producción de leche.
Esta intensificación –sostiene el especialista- ha resultado en sistemas cada vez más complejos, con mayores costos de producción, difíciles de manejar. “Además, pese a esta complejización, los niveles de producción alcanzados por el tambo promedio argentino resultan bajos en relación al potencial genético de los animales, a los alimentos utilizados, y a la elevada intervención humana demandada“, acota.
Según los datos surgidos de la Encuesta Lechera que realizó INTA en el ejercicio 2016-2017, el 60% de los 190 tambos encuestados en la región pampeana produjo menos de 7.500 por hectárea por año. Estos bajos niveles comprometen la rentabilidad, y consecuentemente, la subsistencia de los tambos.
“La alimentación, en general en Argentina, se piensa y define en función de la vaca y no del sistema. Como consecuencia, existen períodos en los que se observan grandes desperdicios de pastura y de silaje“, agrega Lazzarini.
Por otra parte, si bien se reconoce que la calidad del alimento influye sobre la eficiencia de conversión, existe poco interés en la mejora de la calidad de pasturas y suplementos consumidos, lo que se observa en las relativamente bajas calidades de los alimentos analizados.
“Existe una enorme oportunidad de incrementar la producción de leche por vaca a partir de mejoras en la calidad de las pasturas y la calidad de las reservas. Si bien estos temas se investigan y discuten desde hace décadas, en general no se logran mejoras relevantes en las situaciones reales“, afirma Baudracco.
La simplificación del manejo, según los expertos, es otro punto clave para lograr sistemas lecheros intensivos y rentables. Un trabajo realizado entre el CREA Santa Fe Centro y la Facultad de Ciencias Agrarias de Esperanza buscó simplificar la producción lechera basándose en la optimización de los recursos humanos, el autoconsumo de alimentos, manejo de un único rodeo, bloqueo de partos, crianza colectiva o grupal de terneros e inversión en infraestructura. Esta modalidad fue adoptada por 35 de los 119 tambos que integran la región CREA Santa Fe Centro. En el período 2009-2015 pudo verse que la carga aumentó 0,5 vacas/ha, el consumo de concentrado se incrementó en 1 kg/VO/día, la producción de leche por vaca tuvo una aumento mínimo, de 0,7 litros/VO/día, y el consumo de forrajes (pastura, silo y heno) se incrementó en 1.341 kg MS/ha /año. “Es decir, estos tambos simples lograron intensificarse con excelentes resultados económicos aun reduciendo la cantidad de procesos y la intervención humana en los mismos“, concluyó Baudracco.