Hidroponía contra la deserción escolar

Estudiantes de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) junto con la fundación Reciduca utilizan cultivos hidropónicos (sin suelo) para capacitar e introducir a jóvenes de escuelas secundarias en sus primeras experiencias laborales. Este proyecto busca reducir los niveles de deserción escolar mediante charlas, incentivos y talleres basados en la utilización de un sistema hidropónico de última generación.

Los alumnos de diferentes carreras de la FAUBA asisten semanalmente al hipódromo de San Isidro para brindar apoyo en la producción sin suelo y motivar a jóvenes de cuarto y quinto año de escuelas secundarias de la zona norte del conurbano bonaerense. “Este es el segundo año del proyecto que utiliza el invernadero del Hipódromo no sólo para asistir la parte técnica sino también para fomentar cuestiones de responsabilidad y trabajo en grupo en los adolescentes”, destacó Diana Frezza, docente e investigadora de la Cátedra de Horticultura de la FAUBA.

“El sistema hidropónico consiste en una producción que no usa suelo natural, sino que el sostén o medio es el agua con diferentes sales disueltas. Utilizamos agua de baja calidad, la acondicionamos y luego le agregamos sales para que recircule a través de caños. Esta formación laboral representa una práctica productiva, como también socio-educativa que considera el cuidado ambiental”, contó Patrick Carrasco Darricarrere, estudiante de Agronomía de la FAUBA que actualmente trabaja en la coordinación de los talleres.

A partir del apoyo en la producción, están cultivando lechuga y otras hortalizas de hoja “de alta calidad” que se venden en el mismo hipódromo y se distribuyen en restaurantes de la zona, así como también en comedores escolares. La fundación Reciduca utiliza lo recaudado para solventar las becas e incentivos económicos para los adolescentes que participan de estos cursos.

“Es un proceso de aprendizaje mutuo. Ambos conjuntos de estudiantes se forman técnica y socialmente. Este año, los alumnos de la FAUBA dieron charlas previas con el objetivo de capacitar a los chicos en el manejo de las plantas bajo este sistema de producción. Creo que es fundamental que las universidades puedan participar de este tipo de proyectos que involucran lo técnico pero, sobretodo, prácticas socio educativas”, resaltó Frezza al sitio Sobre la Tierra.

Producción sin suelo

Según Frezza, quien se especializó en cultivos sin suelo en la Universidad de Almería, España, el sistema hidropónico posee una serie de ventajas desde el punto de vista productivo-ambiental, así como desde la investigación: “Por ejemplo, este sistema nos permite investigar aspectos asociados al valor nutritivo de los alimentos producidos mediante la reducción de compuestos antinutricionales que afectan a la salud. Esto es más difícil de lograr en cultivos sembrados en el suelo”.

Existen diferentes grados de tecnificación del sistema: La producción hidropónica que se encuentra en el Hipódromo de San Isidro está automatizada y se alimenta de agua de red tratada con ósmosis inversa para mejorar su calidad. Dependiendo de los recursos económicos, se pueden instalar distintos sistemas hidropónicos de cultivos.

“En este caso, los caños son de sección rectangular con pendiente, donde circula una lámina de agua con sales. Esa solución se elige según el ciclo de cultivo y la época del año, y genera un medio que le permite a la planta crecer mucho más rápido. En un ejercicio productivo se pueden obtener más cultivos que en suelo al aire libre o invernadero. En este sentido, en una campaña hemos alcanzado ocho ciclos de cultivos de lechuga, contra tres/cuatro al aire libre. Bajo estos sistemas también se pueden cultivar otras especies hortícolas de hoja o de fruto como el tomate”, informó Frezza.

La docente mencionó otras ventajas de esta técnica de cultivo “El descarte es nulo: todo lo que se cosecha es vendible. Además, si la planta se encuentra bien nutrida y con un control adecuado del ambiente no debería tener problemas sanitarios por lo que se evita el uso de pesticidas”, finalizó. Fuente: FAUBA

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