En la Argentina, la poca difusión de la carne de conejo se traslada a los hábitos alimenticios de manera directa: Se estima un consumo per cápita de sólo 100 gramos por habitante por año, contra 60 kg de carne vacuna, 39 kg de pollo y mas de 10 kg de carne de cerdo.
Sin embargo, la situación está cambiando debido a algunas iniciativas puntuales de provincias como Salta, Córdoba y La Rioja, cuyos gobiernos vienen fomentando la actividad entre pequeños productores familiares y el trabajo conjunto con asociaciones.
La cría de conejos representa una oportunidad para los pequeños productores, debido a que pueden producir cantidades significativas de carne en poco tiempo: “Cada coneja puede tener entre cinco y siete partos al año, con un promedio de 7-9 gazapos (crías) en cada caso, los cuales nacen con 50 gramos y a los 70-80 días están listos para ser faenados, con 2,3 a 2,5 kilos”, explicaron los expertos de la facultad de agronomia de la UBA
En los últimos tiempos, el consumo de carne de conejo también se vio favorecido por el aumento del precio de otras carnes, como la vacuna, que lo situaron como una alternativa viable para restaurantes y cadenas de hoteles. Hoy también es posible encontrar carne de conejo en muchos supermercados.
Según los docentes de la Fauba, las nuevas investigaciones pueden servir para apuntalar este crecimiento de la oferta y demanda de carne de conejo, y representar una opción para aquellos consumidores que demandan productos de mayor calidad y que aporten beneficios para la salud.