Ante el inminente desafío para los sistemas productivos del país y del mundo de producir más alimentos, pero de manera sustentable, la agroecología se posiciona como una de las alternativas más prometedoras para lograrlo y despierta cada vez más interés.
Con una exitosa aceptación del alumnado y la participación de referentes mundiales, la Universidad Nacional de La Matanza, con el apoyo del INTA, mediante un convenio de cooperación académica, creó la primera especialización en Agroecología de la Argentina, que comenzará a dictarse el 16 de marzo. Esta iniciativa se suma a la consolidación de la Red de Agroecología, impulsada por el INTA a escala nacional, y al V Congreso Latinoamericano que llevará a cabo la Sociedad Científica Latinoamericana de Agroecología en octubre en la ciudad de La Plata –Buenos Aires–.
“Tanto en la Argentina como en el resto del mundo, existe una demanda creciente de la población de alimentos más sanos, sin agroquímicos, y de prácticas más respetuosas del ambiente y de las personas”, aseguró Claudio Leveratto, especialista en desarrollo rural del INTA y coordinador de la carrera.
En el país no existían propuestas académicas en agroecología con nivel de posgrado, a excepción de algunos cursos esporádicos sobre la temática. “Apenas se lanzó la carrera, el cupo se completó rápidamente e, incluso, alrededor del 30% de los inscriptos ya tiene estudios de posgrado, lo cual demuestra la vacancia de esta área de conocimiento”, señaló Leveratto.
La especialización, propuesta por Carlos Casamiquela –entonces presidente del INTA y actual Ministro de Agricultura– al rectorado de la Universidad Nacional de La Matanza, se lleva a cabo a través de un convenio de cooperación académica con vigencia de cinco años. La carrera fue lanzada en agosto de 2014 en el marco de una jornada a la que asistieron autoridades de la universidad y José Catalano, vicepresidente del INTA, quienes remarcaron la importancia de esta formación para el desarrollo del país.
“El 2015 se proyecta como un año donde la agroecología tendrá un lugar protagónico en la Argentina”, indicó el técnico y resaltó la consolidación de la Red de Agroecología, un espacio creado por el INTA para aportar innovación y conocimiento en pos de incentivar la gestión de sistemas productivos sustentables en los territorios.
En consonancia con este impulso de visibilizar la disciplina, la Sociedad Científica Latinoamericana de Agroecología organiza el V Congreso Latinoamericano de Agroecología que se realizará el próximo 7, 8 y 9 de octubre en la Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales de la Universidad Nacional de La Plata. En el marco del evento, se llevarán adelante conferencias, trabajos científicos, presentación de experiencias y talleres.
Detalles de la especialización
Pensada con un enfoque teórico-práctico, la especialización se organiza en 18 materias, entre las que se incluyen talleres y seminarios. “Con el objetivo de integrar la teoría y la práctica, el plan de estudios prevé diferentes actividades que permiten hacer dialogar el conocimiento de los especialistas con las experiencias y proyectos que los alumnos ya desarrollan en el ámbito de la agroecología”, explicó Jazmín Hollmann, especialista en pedagogía e integrante del equipo que realizó el diseño curricular de la carrera, junto con la socióloga Susana Ferraris y el ingeniero agrónomo Gonzálo Parés.
El plan de estudios tiene una duración de 13 meses y las clases se dividen en módulos teórico-prácticos que se cursan, de manera presencial, cuatro días por mes. “Con el propósito de facilitar la asistencia, la carrera prevé cursadas intensivas para acercar la carrera a los alumnos del interior”, señaló Hollmann, al tiempo que destacó el nivel de estudiantes inscriptos que provenían de distintas regiones del país.
De la especialización participan referentes internacionales de las diferentes disciplinas que convergen en la agroecología, como la ecología, la economía social, la sociología rural, entre otras. Se destacan Miguel Altieri –considerado el padre de la agroecología y presidente honorífico de la Sociedad Científica Latinoamericana de Agroecología (Socla)–, Clara Nicholls –presidenta de Socla–, Luis Vázquez Moreno –especialista en sanidad vegetal de Cuba–, Baltasar Baptista Da Costa –referente de la Asociación Brasilera de Agroecología–, José Luis Coraggio –coordinador de la Red Latinoamericana de Investigadores en Economía Social y Solidaria– e investigadores del INTA, del Conicet y de algunas universidades nacionales, entre otros.
Para obtener la aprobación de la carrera, se requiere presentar un trabajo integrador que articule los conocimientos adquiridos durante las clases. “En ese sentido, la carrera cuenta con un taller anual que tiene como propósito ayudar y acompañar a los alumnos en la realización de ese trabajo final”, remarcó la especialista.
Agroecología: una alternativa versátil
La carrera tiene como objetivo formar especialistas que puedan planificar, gestionar y evaluar una diversidad de sistemas de producción agroecológica. En esa línea, Leveratto aclaró que “el enfoque agroecológico no se aplica a una actividad específica, como la horticultura o la ganadería, ya que todas las actividades productivas pueden llevarse a cabo de manera agroecológica”.
A diferencia de la agricultura convencional que se concentra sólo en la maximización de los ingresos, la agroecología promueve el surgimiento de emprendimientos productivos rentables, pero, a la vez, beneficiosos con la naturaleza y las comunidades.
“La idea es hacerle llegar a los productores una propuesta más amigable con el ambiente y con las personas que viven en el lugar, en contraposición a una agricultura expulsiva que beneficia a pocos y daña los ecosistemas a fin de aumentar la rentabilidad”, señaló el técnico, al tiempo que planteó lo agroecológico como una alternativa que convive con los sistemas tradicionales de producción.
Por último, con respecto al origen de la disciplina, Leveratto señaló: “La agroecología no es una disciplina nueva, ya las comunidades aborígenes la utilizaban y, por eso, gran parte de su conocimiento se basa en prácticas ancestrales y saber popular”.