El presidente de la entidad, Pedro Vingeau, advirtió los peligros de abandonar la utilización de este herbicida a nivel mundial.
La reciente intención de la Unión Europea de prohibir el glifosato es preocupante para el mundo y, especialmente, para toda la región sudamericana. La fuerte puja política deja en crisis al modelo más sustentable que nuestro país conoce y pone en práctica hace más de veinte años: la siembra directa.
“Si se prohíbe el glifosato, habrá un aumento de costo indiscutible y una disminución del área sembrada” afirmó el Licenciado. La no registración del producto en cuestión, exigirá cambios muy dificultosos para llevar a cabo. De esta manera se obliga, en muchos casos, a adoptar modelos productivos anteriores y convencionales, produciendo así graves inconvenientes con el medio ambiente: emisiones de gases, contaminación, remoción de suelos.
“Para la Argentina, significará una menor producción con mayores precios que impactarán en millones de personas alrededor del mundo, en países donde por lo general se importan alimentos” afirmó Vigneau y agregó: “Hoy hay más de mil millones de personas que viven con menos de un dólar por día, no se pueden dar el lujo de perder sus fuentes de alimentación”.
A nivel local, las zonas más afectadas serían mayormente aquellas alejadas de los puertos: NOA, NEA, parte de Entre Ríos, Córdoba, Santiago del Estero y La Pampa. El costo ambiental de la medida es incalculable y representará un retroceso para la sustentabilidad de la region, afectando drásticamente la seguridad alimentaria global: “Le pido a nuestro gobierno que siga comprometiéndose en este tema, para evitar una decisión que puede tener serias consecuencias para la Argentina y para el Mercosur” expresó el titular de Aapresid.