Cuando todo parecía encaminado y más de un analista se permitía pensar en que finalmente se cerraría la operación para la última semana del reciente noviembre, Fonterra pegó un volantazo y fijó nuevas pautas y exigencias para avanzar con la eventual asociación con SanCor.
Ocurre que, cuanto más se profundiza sobre la situación administrativa y financiera de la unión de cooperativas, más detalles preocupantes encuentran los equipos técnicos del gigante lácteo de Nueva Zelanda.
A partir de un pormenorizado análisis sobre la situación de SanCor, los ejecutivos de Fonterra “actualizaron” la lista de requerimientos para avanzar con el vínculo entre ambas compañías.
En concreto, y según confirmaron a iProfesional fuentes que participan de las negociaciones, desde la firma transmitieron a la plana mayor de SanCor la “necesidad de reestructurar la plantilla de personal”.
Según los expertos, “la masa laboral de la cooperativa atenta directamente contra la supervivencia económica de la empresa”.
“Los neozelandeses ahora piden achicar la cantidad de empleados a la mitad. Es tal el lío con las cifras que encontraron en el funcionamiento de SanCor que se habla de recortar entre 2.000 y 2.500 puestos”, aseguró una de las voces consultadas.
Atilra, el principal gremio de la actividad lechera, aun conociendo esta exigencia, decidió no intervenir en la inminente catarata de despidos.
“No tenemos mucho que decir sobre lo que está pasando con la operación. Las decisiones las toma SanCor y nosotros nos enteramos por los medios. No nos consulta nadie ni tampoco se nos informa de la situación interna. Si la idea es promover esos despidos, no nos han notificado de nada”, se excusó ante la consulta de iProfesional un vocero del sindicato.
A la par del pedido de reducción del plantel de empleados, los neozelandeses también demandan el desarrollo de un nuevo cronograma de renegociación con los acreedores de la unión de cooperativas. La empresa láctea nacional adeuda hasta $8.000 millones.
La última demanda incorporada a la negociación entre Fonterra y su par nacional corresponde al pedido de que la dirigencia de la firma local establezca diálogos con Vicentín para la recompra de de la línea de flanes, yogures y postres que SanCor le vendiera por u$s100 millones hace casi un año y medio.
El inconveniente radica en que, por el momento, Vicentín no evalúa desprenderse de esa gama de productos. Y menos todavía por la oferta que, confiaron las fuentes consultadas, acercarían desde SanCor antes de que concluya 2017: algo más de u$s65 millones.
“En Fonterra sostienen que, sin esa gama de productos, las posibilidades de lograr una recuperación económica rápida de SanCor son limitadas. Toda esta presión que se sumó en los últimos días volvió a complicar el horizonte de una operación que todo el mundo ya daba por cerrada. Como están las cosas, de haber un acuerdo, recién podría cerrarse a partir del año próximo”, indicaron desde el entorno de la unión de cooperativas.
Fuente: iprofesional