En la segunda jornada del congreso de Fertilizar, Victoria Fernández, de la Universidad Politécnica de Madrid, introdujo el tema de la fertilización foliar, que colabora en la corrección de las deficiencias nutricionales de las plantas, así como favorece el desarrollo de los cultivos con mejores rindes y calidad de las cosechas. La especialista recomendó que la nutrición foliar sea complementaria a la nutrición vía raíz y que se aplique con adyuvantes.
Por su parte, Alejandro Perticari, de INTA Castelar, habló del aporte de los fertilizantes biológicos (inoculantes) con resultados de 1.000 ensayos en todo el país, que reportaron en promedio 8% más de rendimiento de soja. Perticari sugirió hacer las aplicaciones respetando “las tres B”: buen inoculante, buen proceso de inoculación y buena condición de crecimiento de los cultivos.
Díaz Zorita completó con la descripción de los beneficios que aportan los bioestimulantes, que son moléculas producidas por organismos vivos o análogas, que potencian el crecimiento del cultivo (entre ellas, las proteínas hidrolizadas, hormonas, aminoácidos, moléculas microbianas activas, extractos de algas y promotores de crecimiento), con las cuales se lograron respuestas de hasta un 8% en trigo y similares en soja, con una fuerte interacción con el ambiente.
Esta jornada la cerró Julián Muguerza, de Glimax, quien destacó que en la actualidad hay una gran capacidad de generar datos con las tecnologías 4.0 para agregar valor al campo y a los recursos humanos, intensificando el conocimiento del suelo. Muguerza advirtió que “una muestra de suelos por lote ya no es suficiente para un diagnóstico sitio-específico” y dijo que si se sigue fertilizando en forma deficiente habrá un deterioro del sistema productivo medido en términos de fertilidad del suelo. “El objetivo es aprender y mejorar”, remarcó.