Ramallo, Provincia de Buenos Aires. Vacas en un comedero en feedlot.

Feedlots: a pesar de los números, continúan reponiendo

Aun con una relación de compra poco favorable, la incertidumbre que genera el aumento de costos y el temor por la disponibilidad de los insumos básicos, la cantidad de animales que ingresaron a los feedlots durante el mes de noviembre fue un 13% superior al registrado en octubre.

De acuerdo a los datos extractados de los DTe, durante el mes de noviembre los corrales de engorde habrían recibido unos 320 mil animales, contra 283 mil el mes previo mejorando ligeramente el índice de reposición de 0,66 a 0,78. Este nivel de ingresos contra egresos del período sostiene el stock de animales encerrados en 1,74 millones, levemente inferior (-3,5%) al reportado a inicios de noviembre, pero 6% superior al registrado un año atrás.

Estacionalmente por estos meses la oferta de terneros tiende a escasear y, por ende, el precio de la invernada sube. Por los mismos documentos de tránsito (DTe) que publica SENASA vemos que la cantidad de terneros y terneras que han estado saliendo de los campos en los últimos dos meses cayó a menos de 500 mil cabezas, esto menos de la mitad de lo que se trasladaba en plena zafra.

Esta misma escasez estacional sumado a la necesidad de cobertura del comprador hace que hoy por un ternero liviano se pague más de $1.600, cuando un mes atrás esa misma invernada se conseguía a $1.200 el kilo, es decir un 30% más caro.

Si bien este año, durante los meses más críticos de seca, el valor del ternero estuvo muy deprimido llegando a valer -a moneda de hoy- menos de $800 el kilo y cerca de un 40% menos que un año atrás, en noviembre esa relación se revirtió para situarse un 30% por encima de lo que se pagaba en noviembre pasado. En tanto que los valores actuales de $1.500 a $1.600 ya superan incluso los máximos alcanzados en marzo del año pasado.

En lo que respecta al gordo, si bien las últimas correcciones que lo llevaron arriba de los $1.000 permitieron dejar atrás el retraso que venía arrastrando, medido contra el precio del ternero, la relación de 1,20 sigue siendo elevada comparado con lo registrado en meses anteriores, aunque en línea con el promedio de los últimos 5 años.

Sin embargo, ya con un precio del ternero rondando los $1.600 el kilo, aun con un novillito marcando topes de $1.200 como se vio la semana pasada, torna la relación mucho más cara (1,33).

Sin duda, quien compra hoy un ternero para ingresar a un proceso de engorde, lo hace a la espera de una recuperación del precio del gordo que mejore sustancialmente la actual relación.

Con valores del ternero en torno a los $1.600 el kilo, el precio del gordo debería mejorar como mínimo un 15% más respecto de lo registrada la última semana para equilibrar los números del feedlot. Esto equivaldría a un gordo por arriba de los $1.350 el kilo.

Pero esta no es la única relación que define el margen del engordador. El precio del maíz, como principal fuente de energía en un engorde intensivo, representa cerca del 40% de los costos totales.

Si bien, en promedio, durante noviembre la relación insumo-producto maíz/novillito se mantuvo en torno a niveles normales (equivalente a unos 102 kilos de novillito terminado por tonelada de maíz), el escenario futuro se proyecta más adverso, en especial para la primera mitad del año.

Sucede que falta de lluvias que se prolongó para gran parte del área agrícola hasta mediados de noviembre, redujo a apenas un 30% a 35% la superficie implantada con maíces tempranos, algo que definitivamente restringirá la oferta de grano hasta mediados de junio, cuando -clima mediante- comience a ingresar la cosecha de lotes sembrados en fechas más tardías.

Bajo este escenario, y con un tipo de cambio aún incierto pero que definitivamente sufrirá una corrección, el valor de referencia que ya descuenta el mercado a término (Matba) para abril de 2024 se ubica en torno a los USD 190 la tonelada. Llevado a pesos, contra un dólar futuro (Rofex) para esa fecha equivalente a $1.080, estaría indicando un precio para el maíz abril cercano a los $200.000 la tonelada, casi el doble de lo que vale actualmente. Por lo tanto, mantener una relación insumo-producto en torno a los niveles promedio, implicaría llevar el precio del gordo para marzo-abril del año que viene -momento en el que suelen producirse los ajustes mas importantes para el consumo- a niveles de $1.900 a $2.000 el kilo vivo.

En definitiva, todas relaciones que deberán ajustarse a medida que comiencen a definirse las principales variables de la macro. (Rosgan)

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