El encuentro contó con la participación del Ing. Agr. Juan José Grigera Naón, Presidente del IPCVA, el Ing. Agr. Carlos Parera, Director Nacional del INTA, el Ing. Fernando Storni, Gerente de la Cámara de Feedlod y el Ing. Alim. Leandro Langman, del Centro de Investigación de Agroindustria del INTA, quien realizó la presentación técnica del trabajo.
De acuerdo a la presentación de Langman, el protocolo fue desarrollado para evaluar los sistemas productivos bovinos de engorde a corral de una manera estandarizada, priorizando los indicadores de bienestar que incluyen mediciones basadas en los animales que cumplen con la validez, confiabilidad y practicidad, y al mismo tiempo adaptados a los escenarios argentinos.
En la actualidad, las herramientas existentes para evaluar el bienestar de los animales son muy diversas y generalmente recurren a metodologías de evaluación que no siempre son aplicables a los sistemas productivos locales. En base a esto, el objetivo fue desarrollar un protocolo de evaluación de bienestar animal para bovinos de engorde a corral adaptado a los establecimientos argentinos, tomando como base los principios y criterios de bienestar animal desarrollados en el protocolo Welfare Quality® (2009), identificando y seleccionando indicadores que se pudieran aplicar de forma exitosa.
El protocolo prevé una evaluación integral del sistema de engorde que involucra los principios de buena alimentación, buen alojamiento y sectores de manejo asociados, buena salud y comportamiento apropiado.
Esta innovadora herramienta fue desarrollada a través del Proyecto INTA-IPCVA CCT 24.788, que tuvo inicio en el año 2017 y una duración de 3 años.
El uso y aplicación del protocolo en cuestión va a generar un impacto positivo desde distintos puntos de vista, ya que posibilitará promover la cantidad y calidad de carne producida, contemplando los aspectos éticos, posibilitando la adaptación a las exigencias reglamentarias crecientes y proporcionando una mayor seguridad a los trabajadores involucrados en el manejo del ganado.
Sin lugar a dudas que este logro representa un punto de partida que abre las puertas al desarrollo de otros protocolos orientados a la evaluación de bienestar animal en otros sistemas de producción, así como en otras etapas de la cadena productiva destinada a la producción de carne vacuna.