Las máquinas hablan y saber escucharlas es la gran tendencia de la ingeniería agrícola. Una picadora Jaguar de Claas tiene 90 sensores. Una cosechadora Lexion o Trion, más de 100. Gracias a la telemetría -la capacidad de transmitir datos en tiempo real- la información recabada por esos sensores viaja desde el lote hasta el Centro de Servicios Remotos de Claas donde, desde ahora, un grupo de técnicos la interpreta y la convierte en recomendaciones útiles para que los operarios no paren de trabajar.
“Nosotros estamos observando la información que genera cada máquina en el campo mientras trabaja y ante cualquier alerta tenemos poder de intervenir proactivamente para resolver problemas de funcionamiento”, explica Mario Garabelli Pons.
Desde el nuevo Centro de Servicios Remotos, Claas monitorea el desempeño de las máquinas y la información que éstas generan en forma de alarmas. Con esta data, los técnicos se comunican con los involucrados: el dueño, el operador y el encargado del equipo para ayudarlo a solucionar el problema rápidamente.
¿Cómo funciona? En los paneles de Claas se manifiestan tres tipos de alarmas (rojas, amarillas y verdes) que indican desde roturas, advertencias de manejo o de mal funcionamiento. “Apenas 1 de cada 300 alarmas responde a una rotura del equipo. El resto son cuestiones subsanables en forma remota. De ahí el valor que el servicio tiene a la hora de disminuir las ineficiencias en pos de incrementar la capacidad de trabajo”, acota Jimena Paradela, la otra técnica del equipo del Centro de Servicios Remotos.
“Cuando nos comunicamos con las personas que están en el lote le damos información del componente que presenta algún inconveniente y la indicación para revisarlo y solucionar el problema. Con esta dinámica evitamos situaciones de mayor relevancia que impliquen que las máquinas queden detenidas para realizar alguna reparación o reemplazo de piezas. Incluso en dicho caso, lo que hacemos es organizar en conjunto con Servicio Técnico una visita de reparación”, enumera Garabelli.
En picadoras, Paradela destaca que abundan alertas subsanables con un par de ajustes por parte del operario. La temperatura del líquido refrigerante demasiado elevada, el sensor de velocidad del cuerpo de alimentación no identifica ninguna velocidad o el tiempo de los ciclos de afilado se manifiesta defectuoso son algunos de los mensajes que las máquinas suelen dar durante el día y que, con un llamado y un par de indicaciones, los operarios pueden corregir para continuar trabajando. En el caso de las cosechadoras, representan alarmas rojas el nivel de aceite hidráulico demasiado bajo, una señal de posición de altura del molinete incorrecta o la función reglaje de la chapa guía del rotor incorrecta.
El servicio, que está disponible en forma gratuita para todos los usuarios que tengan activo el sistema Telematics, también ofrece asesoramiento en temas relacionados a agricultura de precisión: Telematics, Documentación automática, Agrocom, pilotos automáticos, funcionamiento y uso del Remote Service y WebTIC para atender alarmas, entre otras herramientas del ecosistema Easy.
Claas desarrolló su sistema Telematics en 2006 y está disponible en toda la línea de productos -picadoras, cosechadoras y tractores-. La tecnología permite no solo transmitir posicionamiento en tiempo real sino también datos de funcionamiento y mapas de rendimiento y valor nutricional.
Las máquinas Claas son hoy las más eficientes corresponsables en el lote. “La conectividad en la maquinaria agrícola ofrece la capacidad de conectarnos remotamente para realizar regulaciones, configuraciones, sin la necesidad de movilizarnos hasta el lote y se está trabajando en desarrollos de softwares específicos, y en el ajuste de herramientas ya probadas como la realidad aumentada”, enumera Garabelli.