En función de los modelos presentados por el MAGyP en sus informes trimestrales sobre los resultados económicos ganaderos, se analizó la evolución de la renta ganadera a través de los últimos 8 años para la actividad cría, invernada y engorde a corral. Para ello se utilizó como parámetro el modelo de cría de la cuenca del salado, la invernada de alta producción en zona pampeana sub-húmeda y el engorde a corral tradicional por administración.
Cría; se ha considerado la evolución del resultado de dicha explotación, correlacionando al mismo con el precio del mercado del ternero. La variación del resultado de la actividad esta explicado en más de un 96% por los cambios en el precio del ternero.
Invernada; La actividad invernada explica los cambios en el resultado por la variación existente en el valor del kilo producido fundamentalmente, ya que el resultado correlaciona con el valor del kg producido en más de un 78%. La variación en relación compra venta solo explicaría el 30 % de los cambios en el resultado.
Engorde a corral; En ésta actividad se relacionó el margen bruto por cabeza, con la resultante del valor del kilo producido menos el costo de alimentación por kilo, que explica más del 85% del margen.
Los resultados económicos de las tres actividades ganaderas consideradas han venido disminuyendo desde el 2012 a la fecha. Estos últimos 2 años las mermas han sido importantes sobre todo para el engorde a corral. Esta actividad ve comprometida su renta por tener un insumo tan importante como el alimento que está dolarizado.
Conclusiones
La ganadería es uno de los procesos productivos que pone especial énfasis en las expectativas a largo plazo. La decisión que tome un ganadero hoy puede tardar más de 3 años en llegar al mercado. Por ello, es crucial para poder proyectar que se establezcan reglas claras y definidas. Si además sumamos la incertidumbre que genera la política intervencionista, que tuvo esta nueva administración en las anteriores gestiones, se comprende el alto nivel de inseguridad de los productores.
En la actualidad, muchos ganaderos están descapitalizados como consecuencia de la baja renta de los últimos 2 años. Muchos de los engordadores a corral han venido trabajando a pérdida.
Hacia el futuro la actividad tiene el enorme aliciente en que continúen creciendo las exportaciones y que se reanime el consumo. Hoy la realidad indica que con estos niveles de renta la ganadería puede subsistir, pero difícilmente crecer.
Lo cierto es que, el stock estará posiblemente para marzo del 2020 por debajo de los 53 millones de cabezas, muy lejos de las más de 62 millones que había antes que se interviniera el mercado de hacienda de manera leve hacia fines del 2005, y muy fuerte luego de marzo del 2006. El resultado de aquella intervención es conocido por todos; reducción estrepitosa del stock ganadero (desaparecieron más de 12 millones de cabezas), cierre de frigoríficos, despidos de trabajadores de la cadena de carne y desaparición de alrededor de 18.000 productores.
Un párrafo aparte merecen los datos aportados por el censo nacional agropecuario , que habla a las claras que las políticas aplicadas no han efectivas para el sector. La cantidad de explotaciones agropecuarias, según el INDEC es de 250.881, 82.652 menos que en 2002.
Según los resultados publicados, había hasta junio de 2018, 40.411.905 cabezas de ganado bovino en 130.803 explotaciones. Según el relevamiento del Censo, 732.986 personas vivimos en el campo. Esperemos no tener que emigrar.
Autor: Ing. Agr. Andrés G. Halle