La industria de biocombustibles, que agrupa a más de medio centenar de empresas en distintas provincias, prevé caídas de más de 25% de su producción este año, por efecto de la disminución en el consumo de naftas y gasoil durante la cuarentena en previsión de contagios de coronavirus.
El director ejecutivo de la Asociación Argentina de Biocombustibles e Hidrógeno, Claudio Molina, estimó que en bioetanol “se espera una reducción de la demanda de no menos de 25% frente a 2019, lo que generaría un consumo interno de 825.000 m3 contra cerca de 1,1 millón el año pasado”.
“En biodiesel, en tanto, el segmento que opera en el mercado interno va a ver una baja de 28 puntos aproximadamente frente al año pasado”, proyectó Molina, al participar en distintos webinar con empresarios durante los últimos días. .
El directivo explicó que el sector está en crisis por la importante retracción en la demanda de combustibles líquidos, que arrastra la demanda de biocombustibles.
Molina recordó que en 2010 entraron en vigencia los mandatos de la ley 26.093, que determinaron en la actualidad un corte del gasoil con 10% de biodiesel y de nafta con 12% bioetanol (en partes iguales con derivados de caña de azúcar y de maíz).
Hoy la capacidad instalada en biodiesel es de 3,9 millones de toneladas anuales, repartidas en 33 plantas habilitadas por la Secretaría de Energía, aunque varias plantas pararon su actividad por distintos motivos.
En bioetanol, en tanto, hay 22 plantas productoras con una capacidad de 1,4 millón de m3 por año.
Molina precisó que el segmento exportador de biodiesel tiene a la Unión Europea “prácticamente como único mercado, desde que se cerró el de Estados Unidos y mientras se mantenga el fuerte conflicto con Perú”.
La previsión de exportaciones de este producto es de cerca de 700 mil toneladas, “prácticamente las más bajas de la serie, ya que hay que ir a 2007 para encontrar un número similar”, dijo Molina.
Por eso, el directivo precisó que la producción total esperada de biodiesel sería de 1,57 millón de toneladas contra 2,15 millones en 2019.
Molina puntualizó que esos cálculos contemplan una hipótesis de caída del producto bruto cercana al 10% este año, aunque “la baja del consumo podría ser más pronunciada si se extiende la cuarentena”.
“Si bien la demanda de nafta cayó mucho más que la de gasoil, el impacto sobre el consumo de biodiesel es superior que en el bioetanol debido a que bajó el nivel de corte por el incumplimiento del mandato de las refinerías de petróleo, mucho más pronunciado en este último tiempo”, evaluó el directivo.
Destacó luego que “hay a la vez una caída importante de los precios de los biocombustibles, lo que afecta tanto como la baja de la demanda”.
En el mercado internacional, añadió Molina, el problema se acrecienta porque el precio de las commodities agrícolas no cayó tanto como los derivados de petróleo y eso le quitó competitividad a la exportación de biodiesel.
El empresario recordó que la Argentina acordó con la UE colocar 1,2 millón de toneladas de biodiesel todos los años por un precio mínimo.
Ese valor, señaló Molina, surge de un promedio de precios de aceite crudo de soja de 3 a 4 meses anteriores al inicio de cada trimestre, y en un mercado a la baja, tomar precios con tanto retraso es perjudicial porque deja afuera de competencia al exportador.
“Esto hace que no se esté exportando nada, esperemos que las operaciones se reanuden en los próximos meses”, confió el directivo.