Se eliminaron los impuestos a las exportaciones de la mayoría de los productos agroindustriales (excepto el poroto de soja que mantiene un 30% de impuesto a la exportación) y se derogaron las restricciones a la exportación (más conocidos como ROE), lo que resulta en una ganancia en términos de previsibilidad y mayor competencia entre la exportación y el consumo interno.
En lo que refiere al trigo la política aplicada por el gobierno anterior tuvo secuelas muy graves y afectóla reputación de Argentina como proveedor confiable al dañarla confianza de nuestros clientes externos, principalmente Brasil, que en 2008 suspendió temporariamente el Arancel Externo Común (AEC) del trigo, ante la dificultad de Argentina de abastecerlo completamente. Esto significó que el AEC pasara transitoriamente de 10% a 0% y que Brasil buscase trigo de otros orígenes como EE.UU. y Canadá en detrimento de la mercadería de Argentina. La calidad también se vio resentida, el valor de proteína dejó de ser un estimador ajustado de la calidad industrial.Los efectos se extendieron a la inversión, el empleo y la sustentabilidad, afectando más de 200 ciudades y pueblos y redistribuyendo ingresos desde los productores hacia los exportadores y molinos de trigo por más de 5.000 millones de dólares. La economía en generaltuvo efectos no deseados al sufrir fuertes saltos en el nivel de precios (2013 con el precio del pan, llegando a niveles internacionales récord) producto de una muy baja oferta y desmanejo del comercio exterior.
Durante la última década se dejaron parcialmente de lado las acciones públicas que constituían la base para una política triguera: el Programa Nacional de Calidad de Trigo (PRoNaCaTri), INASE (variedades de Trigo y su clase), SENASA (informes sobre la calidad de los embarques) sumado a los esfuerzos privados de Aaprotigo, las Cámaras Arbitrales, etc.
Amenaza 1 “La consolidación de Ucrania, Rusia y Kazajistán”
Durante este período de aislamiento de Argentina, aparecieron con fuerza otros jugadores en el mercado mundial de trigo comoUcrania, Rusia y Kazajistán y nuevos competidores en el mercado brasileño como son Estados Unidos, Canadá y Francia en menor medida, que se constituyen en una permanente amenaza para el trigo argentino. Recientemente Blairo Maggi, ministro de agricultura de Brasil, comunicó a su par argentino, Ricardo Buryaile, que su gobierno abrirá una cuota de 750 mil toneladas para la importación de trigo sin aranceles desde fuera del Mercosur.Hasta ahora las compras de trigo fuera del bloque pagan una tasa de 10% del Arancel Externo Común (10%), lo que da una ventaja a los socios del Mercosur.
Esta cuota de 750 mil toneladas fue creada durante la Ronda Uruguay del GATT, pero nunca fue cumplida, incluso cuando Estados Unidos impuso un reclamo 10 años atrás ante la Organización Mundial de Comercio (OMC). Brasil solamente ha suspendidoel AEC a las importaciones de trigo en años recientes cuando la oferta argentina era insuficiente para cubrir su demanda. Si bien el volumen de la cuota representa 12,5% de las importaciones brasileñas en las seis últimas zafras, hay que tener en cuenta que en los últimos años las compras han ido bajando. Y como referencia esas 750 mil toneladas serían un volumen superior al saldo exportable de trigo uruguayo para 2016/2017.
Amenaza 2 “El autoabastecimiento de Brasil”
Además de dar a conocer una nueva cuota de importación extra Mercosur por 750 mil toneladas, Blairo Maggi sostuvo que Brasil buscará la autosuficiencia en trigo. Actualmenteel trigo estadounidense tiene una fuerte tradición en el norte y noreste de Brasil y el trigoargentinoen el sur y sureste del país. En paralelo Brasil buscará, de ahora en adelante, equilibrar la producción y el consumo. Dirigiéndose a productores de trigo de Brasilrecientemente, el ministro dijo que el trigo debe obtener su propia rentabilidad y no reforzar recursos del gobierno, que se han vuelto escasos. “Desde que el gobierno de Collor de Melo extingue la CTRIN en 1990 (en la que el gobierno era el principal comprador del trigo brasileño) y el mercado pasó a caminar, la productividad de trigo en RS 920 kilos/hectárea aumentó a más de 2.750 kg/ha”, sostiene el analista Luiz Carlos Pacheco.Hay que tener en cuenta que sólo en el Cerrado Brasileño hay más de 2.000.000 hectáreas cultivables situadas a más de 800 metros de altitud, factibles para la producción de trigo. La productividad en estas regiones es más de 3.000 kilos por hectárea, lo que significa un potencial de producción de más de 6.000.000 de toneladas, con calidad de trigo “similar” a la de los Estados Unidos y Canadá.
Oportunidad – Una nueva política comercial para el trigo Argentino
Más arriba se han expuesto resumidamente los riesgos que corre el trigo argentino en Brasil(principal destino) y en el mercado internacional.
Sin embargo, Argentina tiene grandes oportunidades de crecer en el mercado mundial de trigo, ganando mercados y valorizándolos a través de la incorporación de servicios como es la segregación y la información asociada. Para ello es necesaria una nueva política comercial que persiga los siguientes objetivos:
1- Volumen de Trigo consistente, homogéneo y clasificado de acuerdo a las diferentesusos industriales.
2- Generación de Información sobre las diferentes calidades del trigo argentino.
3- Marketing Internacional y la atención al cliente según sus necesidades.
A fin de alcanzar dichos objetivos, la política triguera argentina debería apoyarse en las siguientes acciones de interacción público-privada:
1- Promoción de los beneficios de la segregación en origen.
2- Promoción interna de las necesidades de la demanda internacional y externa de nuestros diferentes trigos.
3- Fortalecer lainformación por grupos de trigo según variedades a través del INASE.
4- Promoción del análisis de calidad e inversión en almacenamiento en origen.
5- Certificación de embarques según calidad industrial.
6- Apertura del nomenclador de trigo según 3 grupos de calidad.
7- Relanzar el PRONACATRI(Programa Nacional de Calidad de Trigo).
Está claro en qué liga juegan nuestros competidores en materia de trigo. Para ello entrenan, se capacitan, se informan, invierten, trabajan en conjunto el sector público y el privado. Los resultados están a la vista: mayor valor por su producción e incorporación de servicios. En Argentina está todo por hacer, sólo hace falta decisión política.
Autor: Juan Rey Kelly – economista CRA