En época de decisiones las mismas aun no están tomadas para la mayoría de los productores. Envueltos en la gran incógnita del trigo de “sembrar o no sembrar”, analizan márgenes en posibles escenarios futuros. La realidad es que los números en campos alquilados están en rojo.
El ultimo informe del GEA de la Bolsa de Comercio recordó que la región núcleo cuenta con un 70% de sus campos bajo arrendamiento y hay una fuerte incidencia del costo del alquiler en el cálculo de márgenes. Por esta razón, los productores arrendatarios intentan asociarse con los propietarios para compartir el riesgo o en su defecto reducirlo. La mayoría de las negociaciones aun no consiguen plasmarse en un acuerdo. Los campos de suelo clase I con cercanía al puerto difícilmente tengan una rebaja en su alquiler a tal punto de hacer viable el negocio para el arrendatario. El precio de los arrendamientos sigue elevado y con los continuos incrementos en buena parte de los componentes del costo, el rinde de indiferencia sigue aumentando. En contraposición,los dueños de campos con menor aptitud agrícola y alejados de los puertos tienen mayores posibilidades de contratos a porcentaje o mixtos (porcentaje y quintales fijos) y con pagos a cosecha.
La tendencia en la caída del área de siembra de trigo en la región núcleo apunta al 24% respecto del ciclo pasado. Las óptimas reservas de agua del perfil (ver mapa), junto con los múltiples beneficios que el cereal brinda al suelo y el control de malezas se contraponen con un escenario de alta incertidumbre comercial