Hay estimaciones de caida que van de 20% a 25%, lo que significaría un millón de hectáreas menos. “Esa superficie tal vez se destine a cebada, pues hoy el trigo sin precio a futuro, con una renta negativa, un mercado intervenido, es lógico que tenga una caída de semejante nivel”, indicó Pablo Bressa, asesor de Crea de General Arenales.
Consultado sobre las alternativas, reconoció para Radio Colonia que “hoy la cebada tiene un precio a futuro un poco más definido, y con mejor valor que el trigo. Hoy está a 170 dólares, una diferencia de 30-40 dólares con el trigo. Frente a la posibilidad de sembrar cebada con un precio que se puede fijar, la decisión de siembra se corrió. Además, la retención al trigo es de 25% y la cebada no llega al 10% y con un mercado que no está tan intervenido”, explicó.
También aseguró que “la liquidez hoy está en función directa a la zona y el tipo de cosecha que tuvo la campaña pasada. No es lo mismo la liquidez de una empresa agrícola del norte de la provincia de Buenos Aires, o sur de Santa Fe que tuvo una cosecha record de soja o maíz, contra un productor del NOA o NEA que tiene una distancia al puerto de casi 700 km, o la liquidez de un productor del sudeste de la provincia de Buenos Aires que tuvo rindes de soja de 2500 kilogramos”, dijo el técnico.
En el programa “Siempre que llovió, paro”, Bressa explicó que “de todos modos, hay un factor común a todas las empresas que frente a una buena cosechaesta caída de precios, hace que tal vez tengamos mucha producción con bajos precios y que no llegue a financiar la próxima campaña. Hacer todo este año con bajos precios, sin expectativa de valores futuros, hace que las empresas en general tengan problema de financiamiento”.
También indicó que “la situación es transversal a todas las empresas agrícolas, los productores chicos no van a tener espalda para financiar la próxima campaña, y los agricultores grandes hoy se encuentran que la gran estructura que generaron no la pueden mantener con los precios actuales”.
Para finalizar Bressa expresó que “automáticamente uno piensa que si hay problema de financiamiento se reduce la tecnología de producción y esto está en debate porque, si bien uno tiene que ajustar sus costos, no tiene que ajustar demasiado los costos de producción que son los que le van a permitir mejorar la productividad. Bajo mi punto de vista no sería razonable bajar los costos asociados a la productividad, la posibilidad de tener mejores rindes está asociada a la tecnología”, finalizó.