Uno de los grandes temas que se debaten en el sector productivo es el de la logística. Un estudio realizado por el Jornal da Globo de Brasil demostró que una hectárea de soja plantada en Mato Grosso, Brasil, produce un 11% más que la misma superficie sembrada en Illinois, Estados Unidos. Sin embargo, al final del camino, el productor brasileño recibe 328 dólares por su soja, en comparación con los 458 dólares que obtienen los farmers norteamericanos. ¿Qué ocurre en el medio?
Leandro Pierbattisti, asesor de la Federación de Acopiadores, explicará en el seminario Agrotendencias 2013 por qué los problemas logísticos constituyen la medida de esa mella en la competitividad de los empresarios del gigante sudamericano, y en qué medida estas limitantes estructurales afectarán a los países emergentes en el mediano plazo.
“Es gracias a la logística que Estados Unidos se mantiene como el primer exportador mundial, a pesar de tener diferencias profundas en los costos productivos con Brasil, por ejemplo”, adelanta Pierbattisti. “El punto es que resulta mucho más productivo plantar soja en Brasil, pero mucho más lucrativo hacerlo en Estados Unidos”, define.
“Yo creo que dentro de 5 o 15 años el jugador que mejor maneje su logística será el que mayor competitividad obtenga”, proyecta el asesor, y recalca que de la resolución de los problemas logísticos depende tanto el precio que obtienen internamente los productores, como sus posibilidades de crecimiento comercial y sus rentabilidades. En este sentido, Pierbattisti recuerda cómo afectó a Brasil la cancelación de compras por 2,5 millones de toneladas de soja por parte de China, debido a las demoras en los puertos cariocas. Como la industria del gigante asiático necesitaba con urgencia esos envíos, fue a buscar esos productos con otros proveedores.
La gran ventaja que sostiene Estados Unidos frente al resto de los países agroexportadores, sostiene Pierbattisti, es su muy eficiente vía fluvial. En este sentido, si bien Argentina “tiene una matriz logística mucho más parecida a Brasil, con distancias más cortas de traslado por tierra”, podría emular a la potencia norteamericana si utiliza bien el río Paraná.
Las inversiones necesarias para ajustar la logística, no obstante, tendrían que estar más allá de todo factor electoral. Pierbattisti sugiere que para ello se puede aprender de Brasil, que en 2012 lanzó un plan a largo plazo, con una inversión total de unos 133 billones de reales, de los cuales 42 billones se destinarán a mejorar rutas y caminos, y otros 91 billones a los ferrocarriles. “También hay nuevas inversiones en concesiones y arrendamiento a nivel portuario, donde se dedicarán 54 billones de reales. Pero todas esas inversiones no pueden ser sostenidas exclusivamente por el Estado y se estima que del monto total, un 90%, se hará bajo aparcería público-privada, gestionado a través del banco PNBE”, finaliza el asesor.