Mientras tanto, a nivel local la actividad del mercado disponible continúa estrictamente limitada a la demanda de la molinería en la búsqueda de cubrir su necesidad de materia prima hasta la llegada de la campaña nueva.
En su informe mensual de oferta y demanda, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos incrementó notablemente su estimación de cosecha en el hemisferio norte, aunque en la proyección de su hoja de balance aclaró que una proporción mayor a la prevista tendrá calidad forrajera. Esto último obedece a las lluvias excesivas que se registraron en Francia, Alemania y Polonia al momento de avanzar con los trabajos de recolección. En igual sentido, la influyente firma de consultoría Strategie Grains indicó que se observan rindes “excepcionales” en diversos países de la UE este año, pero la producción apta uso molinero se ubicará 11 millones de toneladas por debajo de las expectativas iniciales.
En lo que respecta al mercado norteamericano, en su último informe de seguimiento de cultivos el USDA reportó un avance del 95% en la trilla de trigos de invierno y un 6% en variedades de primavera, frente a 90 y 21% como guarismos promedio de los últimos cinco años. El retraso en la colecta de primavera obedece fundamentalmente a la demora en la implantación, aunque en principio no significó un deterioro significativo en el potencial de rendimientos. Hasta el último fin de semana el 70% de los cultivos se mantenía en condiciones buenas o excelentes.
En cuanto al hemisferio sur, la cosecha ha comenzado en Australia y el extremo norte del área productiva de Brasil, aunque el volumen levantado hasta el momento es poco significativo en términos del total esperado en ambos países. En Australia las proyecciones de cosecha oscilan entre 24 y 26 millones de toneladas a pesar del invierno seco y poco riguroso, revalidando el lugar de privilegio que desde hace muchos años ocupa el gigante oceánico en el comercio global del cereal.
En nuestro país se está concluyendo con la siembra en el extremo sur del área productiva, en el marco de persistentes excesos hídricos y con una ventana de implantación prácticamente concluida, quedando un mínimo espacio para ciclos muy cortos. En la provincia de Buenos Aires se registraron precipitaciones por más de 800mm en lo que va del año en la mayoría de las zonas de producción, generando complicaciones en el inicio de la campaña fina.
En su estimación mensual nacional, GEA – Guía Estratégica para el Agro indicó que, de sembrarse la superficie de intención pendiente -unas 300.000 hectáreas- el área podría incrementarse hasta 4,36 millones de hectáreas, lo que implicaría un crecimiento del 16,5% frente al año pasado. La llegada de clima más seco en la segunda quincena de agosto podría ser de ayuda en el cumplimiento de las previsiones.
Los trigos del centro y norte del país macollan en muy buenas condiciones y las perspectivas de rinde hacen pensar en una cosecha cercana a 12 millones de toneladas de no surgir mayores imprevistos desde ahora hasta final de año. De lograrse dicho volumen, sería el más importante de los últimos tres años. En este contexto, la capacidad exportable de nuestro país en el año próximo podría superar las 6 millones de toneladas, teniendo en cuenta el remanente de oferta del actual ciclo de comercialización que no ha sido habilitado para su venta al exterior. El regreso de nuestro país al comercio es una buena noticia en el marco de un mercado que -en el primer semestre del año próximo- no contará con demasiada disponibilidad de orígenes competitivos de trigo con calidad panadera.
Ante este escenario, la exportación comenzó a cerrar negocios por trigo nuevo pese a que aún no hay una apertura de cupo para la campaña 2014/15 que habilite la solicitud de ROE Verde. A lo largo de la semana se concertaron algunas operaciones a u$s 175/ton en condiciones Cámara sobre Puerto Gral. San Martín, mejorando hasta u$s 180/ton en Timbúes con proteína 10,5% y PH 78, siempre con entrega en diciembre. El margen sobre la capacidad teórica de pago de estos precios es u$s 15/ton, diferencial que se introduce para cubrir el riesgo que significa para el exportador comprometer la recepción de mercadería sin certezas sobre la posibilidad de embarque.
Por último, el segmento disponible continúa extendiendo su carrera bajista, hasta caer a $ 1.620/ton en los valores estimativos que establece la Cámara Arbitral de Cereales. Las operaciones que se conocen en la plaza son pocas, ya que la participación de la exportación continúa siendo muy limitada. La voluntad de pago de estos participantes oscila entre $ 1.400 y $ 1.420 por tonelada, valores similares a los de cosecha nueva si se los multiplica por el tipo de cambio actual.
Autor: Guillermo Rossi – BCR