La farmacéutica Bayer compró en las últimas horas la agroquímica estadounidense Monsanto. Ambas empresas han anunciado el acuerdo, valorado en 66.000 millones de dólares. Crean así la mayor compañía de semillas y fertilizantes del mundo: acaparará la mitad del comercio mundial de productos agroquímicos y fitosanitarios.
La alianza ha atraído la atención global, tanto por la polémica que suscitan los productos transgénicos en los que se especializa Monsanto, como por la concentración de poder que tendrá la empresa alemana con la anexión de la estadounidense. Del otro lado, decenas de premios Nobel han apoyado el uso de transgénicos para acabar con enfermedades en África.
Más de 100 premios Nobel apoyan
El pasado mes de julio, distinguidas voces de la ciencia entraban en el debate a favor del uso de los productos transgénicos: 110 premios Nobel de Medicina, Física o Química criticaban duramente en un comunicado de Greenpeace y a los gobiernos que se mostraban contrarios a los organismos genéticamente modificados.
Según la carta de los Nobel, el empleo de estos alimentos podría erradicar determinadas enfermedades en las poblaciones más pobres de África y del sudeste asiático.
Entre los firmantes del documento se encontraba el descubridor de la estructura del ADN, James Watson; el descubridor del agujero de la capa de ozono, Mario Molina o el secretario de Energía de EEUU, Steven Chu.
La epístola finalizaba con una frase directa a la conciencia de los integrantes de Greenpace: “¿Cuánta gente pobre tiene que morir en todo el mundo antes de que consideremos esto como un crimen contra la Humanidad?”