El “efecto Temer” en el agro

La depreciación del real, que pasó de R$ 3,10 a $ 3,40 por dólar significa, en definitiva, que por cada dólar que un importador paga por la soja brasileña, hasta el miércoles podía adquirir R$ 3.10 de soja y ahora R$ 3.40. Puede verse que, en términos nominales, es como si se hubiese abaratado el bien brasileño en relación a las monedas del resto del mundo. 
 
La consecuencia fue clara: los precios internos de la soja subieron en Brasil disparando el aletargado farmer selling (hasta el viernes de la semana pasada los productores brasileños habían vendido la mitad de la producción 2016/17 estimada, cuando en promedio los últimos 5 años ya se había comprometido el 65% de la mercadería según Safras & Mercado). Algunos traders privados reportaron que la nación paulista habría vendido entre 3 y 5,0 millones de toneladas del poroto en una sola jornada. Esto por supuesto hace pensar que se desacelerarán las compras internacionales a Estados Unidos, por lo que el valor del futuro más cercano para la oleaginosa en Chicago perdió US$ 10/tonelada el día jueves.
 
En nuestro mercado local, la caída de precio externa se compensó con el mentado aumento del dólar y las ofertas abiertas se mantuvieron casi al mismo nivel que la sesión previa, sostenidas por la necesidad de originar mercadería por parte de las fábricas. Surge de aquí que los precios de los granos se sostendrán en Argentina en tanto y en cuanto la evolución real del dólar (es decir, una vez sopesado el efecto de la inflación) compense el vaivén de los granos en el mercado externo. Si Brasil se abarata en relación a Argentina, se preferirán sus colocaciones por sobre las nuestras. Aquí será fundamental la estrategia de continuar agregando valor al grano, ya que mientras los envíos externos de Brasil consisten mayormente en poroto de soja, los nuestros se centran principalmente en harina, aceite y demás derivados de su procesamiento.
 
Para terminar y agrandando el foco de atención, no debe descuidarse que todo lo aquí planteado se inscribe en un marco de fuertes turbulencias internacionales. El traspié político de Donald Trump frente a potenciales acusaciones de entorpecimiento de la justicia hizo a su vez que el índice del dólar respecto a las seis principales monedas del mundo cayese fuertemente, registrando su peor performance semanal en 10 meses. No es raro que, entre tanto, el oro -activo refugio de los inversores globales por excelencia- esté en camino de registrar su mayor suba en cinco semanas. A atarse los cinturones, entonces, que en el corto plazo primará la incertidumbre lo que se traduce en un fogueo de la volatilidad
 
Fuente: BCR
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