Para el especialista Roberto Guercetti, las tendencias en la cadena de ganados y carnes, en producción, consumo y exportación, son previsibles. “Se basan en las politicas adoptadas por cada gobierno”, explicó el directivo de la cámara de feedloteros. En este caso, hay un cambio en las expectativas en la ganaderia, “habrá una tendencia a la exportación y eso aumenta los precios”, dijo. Y el aumento de precios con un bolsillo que es casi el mismo que el año pasado, mas los aumentos en las tarifas de servicios, hará caer el consumo de carne bovina, y lo hará migrar hacia otras carnes.
Hoy Argentina consume 56 kilos/habitante/año, cuando llegamos a comer hasta 74 kilos. Luego se estabilizó en 63 kilos; y Guercetti vaticina que seguirá cayendo. “El año que viene quizá hablemos sobre un consumo de 53, y en 2018 en 49 kilos/hab/año, con aumentos progresivos del consumo de pollo (se consumía 15 kilos/hab/año y hoy comemos 40 kilos/hab/año)”. Hay dos factores que inciden directamente, el precio y un cambio en las dietas.
Roberto Guercetti entiende que “vamos hacia una modernización que no solo tiene que ver con el precio, sino con un cambio de hábitos en el consumo de alimentos; ya que las nuevas generaciones comen menos carne”.
Respecto del aumento de precios evidenciado en Liniers, que oscila el 6%, el empresario evaluó la incidencia del factor climático, pero sobre todo las expectativas de volver a los mercados exportadores. “Habra mas inversores dentro de la cadena de ganados y carnes; y el ternero macho se esta dejando para exportar; antes se faenaban a 300 kilos y hoy serán llevados a 450/500 kilos para abastecer mercados externos”, graficó Guercetti. Admitió sobre el final de la charla que, si bien todo esto genera un golpe en el corto plazo, será beneficioso a mediano y largo plazo.