A medida que van pasando los días de noviembre, va cayendo el potencial de rinde. Por eso se busca evitar sembrar luego del 15 de noviembre. Hace un año, se había implantado un 80% de la superficie de la soja de primera y preocupaba estar llegando al límite de la fecha ideal de siembra para el área. En el 2022, se alcanzó a sembrar solo el 24% de la siembra de primera, forzando siembras en lotes dónde solo hay humedad para la germinación, sembrando solo en los mejores lotes y esperando que los pronósticos de lluvia cumplan en los próximos días y permitan una buena implantación. La siembra es tan trabada este año, que en algunas zonas incluso se prevé que podría haber soja de primera sembrada a fines de diciembre. Es algo muy inusual lo que está sucediendo en este año, ya que no hay antecedentes de algo similar por lo menos en los últimos 12 años: nunca se sembró una proporción tan grande de soja de primera luego del 15 de noviembre. Por lo que el ciclo de soja de primera 2022/23 tendrá el potencial más bajo de rinde de soja de primera de los últimos doce años y las peores condiciones de siembra.
Con un 24% de soja de primera implantada, la siembra se frena a la espera de agua
Son 750.000 ha las que se implantaron en los últimos 7 días y se agregan a las 250.000 ha de la semana pasada. La siembra queda a la espera de nuevas lluvias. La campaña 2022/23 ha quedado envuelta en gran incertidumbre por la gran cantidad de agua que falta en los suelos. El objetivo ha dejado de ser sembrar en las fechas de máximo potencial. El objetivo ahora es sembrar como se pueda las hectáreas que están pendientes. La esperanza está puesta en la amplia ventana de siembra que tiene el cultivo.
Fuente: GEA