Maizar viene desde su fundación en el año 2004 trabajando fuertemente por la promoción de la biotecnología. En los últimos años la agricultura argentina ganó competitividad gracias a la biotecnología, el mejoramiento genético y mejores prácticas de manejo. El maíz fue el cultivo más beneficiado, gracias al trabajo científico obtuvo los mayores aumentos de rendimientos en los últimos 40 años.
El cambio tecnológico es un elemento clave para el desarrollo de la agricultura y la mejora de los ingresos de los agricultores, gracias a las mejoras en rendimiento y calidad, menores costos y flexibilidad y simplificación de manejo. Pero también se ve reflejado en un marcado incremento de los volúmenes exportados y de la participación del sector en el PBI, especialmente en lo que hace a la generación de empleo, beneficiando a la sociedad en su conjunto.
El desarrollo de cosechas más productivas a partir de la ciencia y la tecnología, con la biotecnología como herramienta fundamental, es el único camino para alcanzar en 2030 la estimación que las Naciones Unidas considera necesaria: aumentar la producción mundial de alimentos en un 50%, sin incrementar la superficie cultivada. El mayor desafío de la agricultura es responder a esta demanda en forma sustentable y en este punto es donde debe destacarse la importancia de los avances científicos y tecnológicos. Los OGM han aportado beneficios ambientales al reducirse el uso de insecticidas, al reemplazarse herbicidas por otros más amigables y gracias a su sinergia con la siembra directa, relacionada con la conservación del suelo, menor uso de combustible y reducción de gases de efecto invernadero.
Por lo tanto, vemos con gran satisfacción que se agilicen los mecanismos para las aprobaciones comerciales de eventos biotecnológicos. Este es el camino para que se desarrollen los conocimientos y las tecnologías necesarias para que el cultivo exprese su máximo potencial en las distintas zonas de nuestro país.
